Si pensamos por un momento en el esfuerzo pionero de los primeros colonos que fundaron nuestra ciudad tendríamos que reconocer que Esperanza fue primero una idea, un sueño en medio del desierto pampeano.
Hoy, ciento cincuenta años más tarde, esa capacidad de soñar, de imaginar, parece estar perdiéndose entre nosotros. Tenemos que recuperar nuestra capacidad creadora. La sociedad esperancina debe comenzar unabatalla cultural por un estado moderno que sea democrático, descentralizado, participativo y básicamente dialoguista. Tenemos que ponernos de acuerdo en un plan integral que atienda desde los problemas más concretos del acceso a la vivienda hasta una planificación que permita descentralizar funciones y servicios y asignar recursos con eficiencia. Tenemos que pensar en una ciudad para los próximos veinte años y terminar con veinte años de una cultura política que sumió a la ciudad en la actual crisis política que derivó en crisis urbana.
Entendemos que la falta de planificación es la causa de esta crisis y que sus efectos se sienten por la improvisación que asigna recursos en función de la coyuntura, de la inmediatez de la especulación política. Esta forma de gobernar resulta incapaz de programar el crecimiento urbano con desarrollo, armonizar producción con medio ambiente. La promesa que era Esperanza a principios del siglo XX se ha deslizado a esta ciudad resignada y sin horizonte.
Para concretar la potencialidad que posee nuestra sociedad hay que empezar con una Nueva Cultura Política. Nuestra premisa es que democracia es pluralismo y respeto por el otro, es consenso, confrontación y negociación para alcanzar la síntesis de un bienestar común.
Una Nueva Cultura Política
Abordar la complejidad de nuestra ciudad mediante la creación de instituciones que alienten la descentralizacion y la participación como conceptos complementarios.
El eje de la planificación parte de intervenciones simples y directas en orden a solucionar los problemas urgentes y cotidianos de la gente: sanitarios, vialidad y servicios urbanos.
Para empezar, tenemos que recuperar la identidad del barrio. La sociología urbana enseña que la identidad del ser humano con su entorno primario se circunscribe a un espacio de 100 a 200 mts de su casa. Nuestras madres dicen “por esta cuadra no pasan los municipales“, “en esta cuadra no cortan los yuyos“, “en esta cuadra el tránsito es una locura“, etc. Esta es la célula de identidad social más fuerte y sobre ella debemos acentuar nuestro interés por la calidad de vida.
Para desarticular la complejidad creciente de los problemas urbanos proponemos diversas innovaciones institucionales:
- la creación de Consejos Barriales, con un sistema de elección de representantes que garantice la pluralidad de opiniones y revocación de mandatos, con competencias para atender la solución de los problemas que afectan al barrio y la convocatorias a Asambleas Públicas;
- la constitución de 4 Distritos municipales, con integración plural y de los representantes de los Consejos Barriales que comprenda cada Distrito, con competencias para integrar el desarrollo de los barrios y convocar a Asambleas Públicas;
- la promoción del Presupuesto Participativo en cada Distrito mediante la convocatoria de Asambleas Públicas.
- la sanción de una “Carta del Vecino” que especifique los poderes ciudadanos y su consecuencia, la reglamentación del libre acceso a la información pública de los todos los esperancinos.
Planificación Urbana:
Para atender el nivel más alto de complejidad urbana es insoslayable abordar el trazado de un Plan Director Urbano. En esta perspectiva proponemos crear una Dirección de Hábitat flexible, innovadora y ágil que en estrecho contacto con los nuevos Distritoscoordine Planes Participativos de Desarrollo Barrial y de viviendas de modo de hacer eficiente la solución de los problemas que inquietan a los distintos grupos de vecinos.
Alcanzar un bienestar igualitario es el objetivo de la descentralización y la participación como conceptos complementarios de un Estado Moderno. Con la innovación institucional nos apropiaremos de las herramientas vitales para iniciar el diseño de un Plan Estratégico para comenzar a soñar con una Esperanza para Todos.