El acto donde se distinguió al pastelero esperancino se desarrolló este miércoles en el Salón Blanco Municipal.
En dialogo con los medios, Gross se manifestó “super contento” de este reconocimiento que significa “ser profeta en su tierra”. “Uno es el fruto de donde nació, de la forma en que fue criado, de sus padres y amigos, y haber podido trascender a través de la educación y de la enseñanza de la gastronomía me pone muy contento porque llegan más rápido historiadores, políticos y demás, y es raro que alguien de este rubro lo sea, así que estoy muy halagado”.
“Son muchos años de trabajo, de dar clases en toda América y de trabajar en todo el mundo”, valoró.
Sobre la importancia que adquirió el rubro, destacó que “la gente encontró de nuevo placer en cocinar y disfrutar de la cocina transformando el cocinar como en una ceremonia. También en países como Argentina que va de crisis en crisis es caro salir a un restaurante entonces se invita a la familia o a los amigos y se transforma en una reunión de amigos el hecho de cocinar”.
“Es un poco inexplicable el boom de los canales de cocina y en el caso de la pastelería lo atribuyo a que es algo que se puede hacer desde la casa, que se puede vender desde una casa y no es necesario montar una gran empresa. La pastelería atrajo un poco por eso”, agregó.
Analizó además que “en la pandemia hubo tiempo, que es lo que a veces falta, entonces lo que la hizo es adentrarse en la panadería y la pastelería, y no sé por qué al tema de la masa madre que es complejo de trabajar la gente le empezó a tener mucho más cariño y se creó como un hábito de hacer sus propias galletitas, el pan, y demás”.
Consultado por sus proyectos, comentó: “Este año saqué un libro e hice televisión y el año próximo por el momento la idea es retomar las clases en todos los países, ya empecé con Uruguay y algo en Argentina, y creo que en enero comienzo con México, y a partir de ahí espero retomar la vida más habitual”.
Imágenes Turismo Municipalidad de Esperanza.