El “operativo renovación” lo encaró a su estilo la intendenta municipal el día después que ganó la reelección. Disfrutó cada uno de sus pasos y a cada uno de los dirigentes y sectores le dio de comer su propia medicina.
Ana Meiners es hoy la política más importante del justicialismo esperancino, partido que conduce por teléfono, ya que la nueva comisión partidaria debió contar con su aprobación. Al mismo tiempo ejerce la titularidad del PJ Las Colonias, lugar que transita junto al senador Rubén Pirola, líder indiscutido del partido en el departamento.
Con la fuerza de los votos, tradicionales sectores del PJ que la llevaron al poder, quedaron a sus pies y otros que parecían indispensables ya son historia. El sector “Andreoli – Zelko – Martí” fue su oposición en las últimas elecciones primarias, murieron de pie, con la frente alta, pero como dirigentes desde hace tiempo conocen quien “manda”.
El sector que lidera Gabriel Albarracín también tiene que pedir audiencia para ingresar a algunas reuniones en el círculo de poder. El ex coordinador general de gabinete y punta de lanza de cada pelea política en tiempos electorales le aportó audacia, letra y ritmo a una gestión sin rumbo, pero hoy solo repite que “vuelve” en pocas semanas.
En los últimos días la pobre historia política del Licenciado Alberto Santesso tuvo un tropezón tan increíble como mediocre. Armó un escándalo porque un periodista crítico ingresó al Salón Blanco Municipal y se fue esperando que lo llamen.
Mientras la gente demanda obras como cloacas, pavimento, iluminación y gestión de gobierno la Intendenta Municipal debió destinar su tiempo a una pelea política absurda donde descubrió la otra cara de su “asesor íntimo”. Hoy lo repite en cada acto: “el Salón Blanco es el salón de todos los esperancinos”.
El único funcionario que manejaba el auto privado de Meiners y era el habilitado para compartir largos viajes y asesorar en decisiones estratégicas hoy tampoco forma parte del círculo íntimo de poder. Su infantil actitud esperó ser correspondida y terminó siendo el chiste de moda de las últimas semanas en la política esperancina. “Sin Alberto, todos tenemos mejor aire” dijo un integrante del gabinete con excelente poder de síntesis.
Santesso, al igual que otros, asegura que regresará a la gestión esperancina porque se cree insustituible para la “dama”, pero será el año próximo o quizás nunca, ya que su adscripción fue interrumpida y como empleado público camina por estas horas (sin rumbo) los pasillos del senado santafesino. Nadie asegura que regrese a su “viejo amor”.
En su reemplazo para el área de prensa, varios “amigos” inmediatamente lo traicionaron y se mostraron disponibles para hacer su trabajo, aunque nadie sabe si finalmente algún periodista o locutor ocupará ese lugar.
Meiners logró renovar su círculo íntimo de poder, despejar la confrontación absurda, abrir el juego a los jóvenes dirigentes y respaldar a Luciano Anza (gobierno) y Alfonso Gómez (hacienda) constituidos ya en los dos hombres fuertes del gabinete.
Comprendió que el radicalismo sin renovación hoy es historia en la ciudad, que el Pro tiene fama de traidor y que el PDP cambió las caras pero no el mando; con esa realidad ella será la gran electora para todo el PJ menos para 100% y ahí estará la batalla.
También entendió que no puede seguir señalando a otros sobre las debilidades de su gestión y que sólo ella será la responsable de la continuidad del justicialismo en el poder local, tanto con Meiners como protagonista de una “re-re” o como gran electora.
Mientras otros “chapean” en su nombre con estupideces que dicen defenderla pero la alejan de la realidad, Meiners renovó en silencio su entorno, potenció a los jóvenes del gabinete y disciplinó al partido. Quien quiera oír que oiga.
José Zenclussen
