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Locales

Meiners abrió las sesiones del Concejo

Fue un “elefante en un bazar”. Destruyó todos los puentes posibles de diálogo y utilizó la tribuna del Concejo Municipal para quitarse responsabilidades de fracasos, ratificar el rumbo y mostrarse combativa. Fue un grito en el desierto.

 


 

A pesar de tener una tribuna de 40 empleados municipales y allegados políticos que fueron arengados al lugar, solo “arrancó” aplausos en el final de su discurso. Meiners hizo de la Meiners que pergeñaron otras personas cargadas de odio, sin sustento político ni percepción social. Meiners sigue ejecutando a la perfección el plan para inmolarse.

 


 

Por los medios dijo que concurriría al Concejo “si la invitan”. El presidente De Pace le envió una nota donde le recordó que está obligada por ley a concurrir y que no era necesaria invitación alguna. Fue entonces con gabinete y tropa propia. Le adaptaron el discurso de diciembre que leyó al Cabildo Abierto y fue al frente a decir que quería hablar pero a cerrar todas las puertas.

 


 

Allí estaba Meiners intendenta pidiendo con el dedo acusador la aprobación del Plan de Obras Menores, presupuesto y tributaria. No agradeció la aprobación de los planes anteriores y tampoco se acordó que está tomando la misma medicina que ella como concejal justicialista le aplicó a los últimos años del gobierno radical.

 


 

No hubo anuncios importantes, solo un mensaje tranquilizador para su tropa política que ingresó al municipio en los últimos años: comenzará en marzo el período de concursos para supervisores, garantizando así que los nombrados puedan quedar en lugares importantes de la estructura municipal.

 


 

Habló durante 44 minutos, reconoció que buena parte de su plataforma electoral está incumplida, elogió al Cabildo Abierto, les dijo a los radicales que le dejaron un “desquicio administrativo y contable” y que comenzaba el fin de un proceso político.

 


 

Meiners también le dedicó unos minutos de su espacio institucional a lo que calificó como “prensa alquilada”. Cargada de odio dio cátedra sobre supuestos “operativos de prensa”  de los que es víctima pero nada dijo de los que ella promociona.

 


 

Entre los logros que eligió destacar se encuentran el pago de la deuda a los inundados financiada hasta la próxima gestión, el estado de los parques y paseos, el supuesto orden financiero y contable, la nueva sede de la SAPEM, el blanqueo salarial a los agentes municipales, la cancelación de la deuda a la caja para fin de este año y el aumento de los espectáculos culturales y deportivos.

 


 

Escalofríos provocó seguramente a los justicialistas que su intendenta diga que solo gasta $ 2000 por mes para ayudar a la gente que necesita medicamentos (Es el 15% de su sueldo de enero). Suponemos que Meiners se “salteó” el párrafo donde abordaba el mayor problema social de la ciudad: la falta de viviendas.

 


 

Enojada con el mundo les dijo a los concejales que estábamos asistiendo al fin de un proceso del cual ellos eran responsables, los señaló como protagonistas de una “barbarie política” y les reprochó su comportamiento. Al final utilizó las palabras de los colonizadores para hablar del diálogo y de la necesidad de construir una sociedad mejor. Ya era tarde.

 


 

Les agradeció la atención, sus amigos y el gabinete la aplaudían pero los concejales no. Los saludó les deseó suerte y se fue feliz habiendo leído un discurso destructivo, con más pasado y reproches que presente y proyectos.

 


 

En los pasillos su secretario de gobierno intentaba armar una reunión para poner puntos de tratamiento parlamentario más allá de la agenda de campaña y sus candidatos a concejales desde la tribuna saludaban contentos como próceres merecedores del bronce.

 


 

Meiners había terminado de profundizar las diferencias y marcó la cancha donde se va a jugar la próxima campaña: será más de lo mismo.

 


 


 

j.z.

ANDREOLI concejo DE PACE MEINERS
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