El documento emitido por Confederaciones Rurales Argentinas, que lleva la firma de Rubén Ferrero expresa textualmente:
“El Gobierno pretende disfrazar la realidad con un relato”
Una vez más el Gobierno nacional pretende disfrazar la realidad con un relato que nada tiene que ver con la situación que atraviesa hoy la gran mayoría de la producciones en la Argentina. Hoy en Chivilcoy la presidente nuevamente faltó a la verdad al afirmar que “esta ha sido una década ganada también para la leche”. No es verdad, señora presidente, que este año la producción de leche será record llegando a los 11.800 millones de litros, como lo manifestó. La verdad es que hoy el sector lácteo está estancado; la producción del primer semestre de 2013 -según información publicada por Fundación PEL-, retrocedió en más de un 7% respecto al primer semestre del año pasado.
Esto significa una nueva caída en la producción de leche de la Argentina. En sus declaraciones de hoy la señora presidente también ocultó que nuestro país es claramente el que menos creció en materia lechera en la última década, en un marco donde algunos de nuestros competidores como Brasil y Uruguay incrementaron sus producciones en más del 60%. Desde CRA lo venimos manifestando enfática y sistemáticamente: la lechería argentina atraviesa un camino de estancamiento que lleva más de 10 años, debido a la falta de políticas públicas y a un proceso inflacionario que incrementa los costos y destruye la competitividad. Ese efecto inflacionario se ve reflejado en lo que paga el consumidor, precio que está cada vez mas alejado de lo que recibe el productor tambero, por el litro de leche. Los productores y los consumidores son los grandes perdedores del dañino relato oficial.
Es lamentable que el Gobierno siga manipulando a la opinión pública con datos falsos sobre la producción primaria. Falsedad tras falsedad, mentira tras mentira, no hacen más que esconder los grandes problemas productivos debajo de la alfombra. Mientras tanto cada día que pasa nuestra leche, la que sale de una de las cuencas lácteas más importantes del mundo, se hunde en cada tambo que cierra.
Rubén Ferrero - CRA
