La transparencia no se proclama, se demuestra. Cuanto más tiempo transcurre entre una denuncia y la respuesta, lo claro pasa a ser turbio y las dudas se agigantan. Si bien nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, hoy uno de los ejes que sostienen la gestión Meiners está debilitado porque alguien de su entorno político, en retirada, lo puso en duda y nadie del gobierno lo contradijo ni refutó.
“Transparencia, acceso a la información y cuentas claras” son palabras que podemos encontrar en cada discurso de Ana Meiners. Nadie duda de su honestidad, pero hoy los gastos de su gestión fueron puestos “bajo la lupa” por alguien que manejó como nadie todos los resortes de la administración municipal.
No la renuncia, sino la denuncia es de una gravedad institucional tal que cualquier señalado debería defenderse pero la intendenta y su entorno eligieron el silencio. La reacción lógica hubiera sido una conferencia de prensa abierta y anunciada a todos los medios apenas estalló la polémica, aunque curiosamente desde la última publicación de Edición Uno los funcionarios municipales ven a un periodista y se esconden.
LA DENUNCIA
Gabriel Albarracín renunció de manera indeclinable al cargo de asesor letrado del municipio con una nota a la intendenta que fue publicada por este diario pero ignorada por los medios amigos del poder. En la carta, el ex coordinador general de gabinete alerta a la titular del Ejecutivo sobre los costos de las obras como el cerramiento a la plaza que habría quintuplicado su valor al presupuestado y adelanta que ya no hay fondos nacionales para terminar el Monumento a la Agricultura del Bicentenario.
Para decirlo con claridad, los sobreprecios en la obra pública denunciados en la carta ponen al descubierto la posibilidad que existan actos de corrupción. No se habla de aumentos inflacionarios sino de multiplicar por cinco los valores presupuestados. ¿No se dispararon los controles de la administración pública para advertir que los gastos superaban todo cálculo? ¿Quién firmó y autorizó esos gastos?
No es cualquier vecino quien lo dice sino uno de los políticos que más conoce los actuales resortes de la administración local. En la misma nota el abogado alerta sobre el incumplimiento de las promesas de los lotes a bajo costo y la necesidad de “socorrer” a la Caja de Jubilaciones con partidas especiales.
Con una contundencia y claridad que debe preocupar a todos los esperancinos, quien muchas veces fue señalado como el “intendente en las sombras” le dice a Meiners que perdió su confianza por decisiones tomadas en los últimos meses y que no está dispuesto a defenderla en futuros juicios motivados por improvisación, ligereza o negligencia.
GASTOS POR LAS NUBES
El cerramiento de una de las esquinas de Plaza San Martín se retrasó mucho más de lo previsto y recién la semana pasada se habilitó el tránsito por el lugar para tranquilizar los ánimos de la gente, a pesar que la obra aún no está finalizada.
Mientras los vecinos hicieron peripecias para salir de sus barrios por calles intransitables desde el municipio aducen problemas de “caja” para reparar con mayor frecuencia las calles y limpiar canales. Paradójicamente, si se confirma la denuncia de Albarracín, la gestión Meiners destinará cerca de un millón de pesos para embellecer las esquinas del paseo céntrico.
Con relación al Monumento al Bicentenario de la Agricultura Nacional, la construcción de su base y sus instalaciones fue adjudicada a una empresa privada pero varias personas que recorren a diario los pasillos del municipio confiaron a este medio que desde hace tiempo se venía hablando de costos superiores a los publicitados por la gestión.
Personal de planta permanente que conoce los pormenores de los costos de obras públicas también venía advirtiendo sobre los precios elevados que se estaban afrontando. Si bien los principales funcionarios del gabinete lo saben porque firman las resoluciones y autorizan los pagos, nadie quiere dar la cara para confirmarlo.
LA RENUNCIA DE BLANGINI
En las horas calientes que se vivieron en el municipio tras la grave denuncia pública del ex hombre fuerte de la gestión Meiners, el apuntado por todos fue el Secretario de Obras Públicas Oreste Blangini. Si bien los decretos y resoluciones tienen la firma de otros funcionarios, el arquitecto puso a consideración de la intendenta la renuncia a su cargo, pero no fue aceptada.
Lo que hoy significa una ratificación puede ser una pesada carga para el funcionario quien deberá explicar lo sucedido con costos y tiempos. Si la sociedad recibe información contradictoria y Blangini pasa a ser un “peso” para Meiners, ella “le soltará la mano” como ya hizo con otros secretarios. Es cuestión de tiempo, nada más.
Los concejales habían anticipado la preocupación por los costos al votar hace varios días un pedido de informes sobre el dinero público destinado al cerramiento y al plan de bacheo. Curiosamente ni a los ediles que deben controlar ni a la sociedad llegaron las respuestas. Si nada hay que esconder y Albarracín falta a la verdad, ¿por qué no enfrentan a todos los medios, muestran pruebas y responden preguntas?
LO QUE VIENE
Distintas fuentes consultadas confirman que por estas horas hay intensos trabajos de los funcionarios en materia de papeles, lo que aumenta la preocupación: ¿están cubriendo algo? Si la administración es tan transparente y moderna, no se entiende como una simple suma de pagos efectuados necesita tanto alboroto y secreto de Estado.
La estrategia de la intendenta, según confirmaron nuestros informantes y un funcionario de primera línea del gobierno, pasa por poner en orden los documentos puertas adentro del Palacio Gris y recién después, cuando pasen varios días y baje la ‘marea’, hacer público un documento que será “defendido” por Blangini sólo en medios “amigos”, en lugares donde las entrevistas se arman de antemano y en donde las preguntas son ‘light’ para no perder el apoyo económico del municipio.
De ser así, una vez más el gobierno preferirá dejar pasar el tiempo y descalificar a quienes informan, matar al mensajero y no analizar el mensaje. Insólitamente en lugar de aclararle a la comunidad qué está pasando quieren aparecer como víctimas. Recordemos que no se trata de una denuncia periodística, es un funcionario del más alto nivel que se fue porque advierte impericia, debido a que los gastos se fueron por las nubes y porque hay claras promesas de campaña que no se cumplen.
Es lógico que Ana Meiners defienda a sus secretarios, pero también sería bueno que pida asesoramiento externo para ver si realmente sus laderos le están siendo leales o, por el contrario, hacen negocios a espaldas de la intendenta y del resto del pueblo.
Hoy los concejales pedirán nuevamente informes públicos, esta vez por los gastos realizados para construir el monumento sobre ruta 70 mientras esperan respuestas a las preguntas anteriores.
Queremos que todo se aclare porque entendemos que la trasparencia, como la honestidad, no se la declama, se la practica. Reiteramos que nadie duda de Meiners, pero ella debe responderle a la gente y tiene que indagar a fondo puertas adentro del Palacio Gris para tratar de detectar si en su equipo hay infieles que engrosan sus bolsillos mucho más allá de lo que les permite su sueldo.
A los concejales les pedimos que agudicen su auditoría y a Gabriel Albarracín que recurra a la justicia si posee las pruebas. Sólo así se revierte este peligroso panorama de sospecha donde el silencio agiganta la brecha social entre el pueblo y sus gobernantes.
José Zenclussen - Publicado en Edición Uno el Jueves 18 de Octubre del 2012