En declaraciones realizadas a la CSC Radio, Buschiazzo resaltó que el de este martes 31 de octubre “es un día especial” porque “los evangélicos protestantes conmemoramos los 500 años de la reforma iniciada por el doctor Martín Lutero y otros reformadores en 1517”.
Respecto de las reformas, indicó que “fue en sus inicios fue un conflicto religioso por un planteo al interior de la Iglesia debido al cobro de las indulgencias, y la usura que había dentro de la Iglesia, lo que inició una reforma con la separación de todo el movimiento protestante pero a su vez luego vino la contra reforma de la Iglesia Católica”.
Al respecto, destacó que “el Papa Juan Pablo II reconoció que gracias a la reforma la Iglesia se reformó y ese hecho escandaloso a los ojos del mundo de que la Iglesia cristiana se dividiera llevó a hacer importantes cambios al interior de la iglesia que estaba en una especie de letargo y de crisis profunda”.
[{adj:169521 alignright}]Sobre la situación actual, dijo que “hoy se restableció el diálogo con los hermanos católicos porque la Iglesia Protestante es un desprendimiento de la Iglesia Católica; nos reconocemos, nos valoramos, nos respetamos en las diferencias y de hecho cada vez son más las coincidencias”.
Asimismo, agregó que “lo que empezó como un conflicto religioso hizo un aporte tremendo a la construcción de la sociedad, del Estado, de la economía y de la política. Hoy los países centro norte de Europa, mayoritariamente protestante, tienen esa impronta en su conformación social de la ética y la moral protestante”.
“Lo que se gestó como una preocupación por la salvación del alma del ser humano, con una Iglesia coherente, participativa en la vida del ser humano especialmente en Europa hoy ya no es tan relevante, se vive más el secularismo y el pragmatismo, y los templos se ven vacíos”, reflexionó.
En cuanto a la celebración, sostuvo que se realiza “rescatando cuales fueron los pilares doctrinales de los planteos de los reformadores: la iglesia evangélica tiene cuatro pilares: la escritura, no hay nadie en la Tierra que esté por encima de la sagrada escritura; que somos salvos por la fe y no por las obras; que Dios nos ama y por eso nos da el perdón y que el señor de la Iglesia es Jesucristo”.
Agregó que “el gran desafío es ser una Iglesia más participativa de la vida social de la gente, que esté allí donde la gente vive, sueña, respira, trabaja; no condenando ni censurando sino empoderando al ser humano para ser feliz, porque en definitiva lo que quiere Dios quiere es que seamos felices”.
Para finalizar, destacó la convivencia y la fraternidad existente en Esperanza con la Iglesia Católica.