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Locales

Artistas esperancinos en Santa Fe

El proyecto Inhalo Exhalo integrado por María Rita Montalbetti, María Susana Hominal, Mónica Monin, Cristina Behrenz y Danilo Grasso muestra el trabajo en equipo desarrollado y pensado para la sala de Estudio 24 del Paseo Peatonal San Martín Norte al 3026 .

 

 

 

Habitar cuenta con la producción y montaje a cargo de Raquel Minetti y en los textos curatoriales María Laura Pacitti. La exposición tiene entrada libre y gratuita, en sus horarios habituales podrá visitarse hasta el 30 de noviembre.

 

 

 

En su texto curatorial, María Laura Pacitti escribe que territorios, huellas, recuerdos difusos, refugios y asentamientos son las propuestas que nos trae este grupo de artistas de Esperanza. Donde construyen desde una poética particular su mirada del espacio interior.

 

 

 

Con un título más que sugestivo, Habitar del latín habitare, nos habla de “ocupar un lugar”, “vivir en él”, frecuentativo de habere, “haber”, “tener”. En las obras expuestas, el concepto de habitar se ha tornado amplio, como imaginario del grupo, no tiene límites, es de por sí mutable y creativo, no existe una forma unívoca que diga que se habita mejor de una forma que de otra, ellas hablan desde el lenguaje plástico de sus recintos. Esto se manifiesta en la construcción del habitar sometida a ritmos, impulsos, reposo y convulsiones ...nos hablan de un habitar de la interioridad del ser.

 

 

 

Los habitares de Danilo Graso compuestos por elementos mínimos, construye y ovilla con lanas, telas y alambres sus lugares.

 

 

 

Cálidos, acogedores, contenedores, sus interiores nos remiten a lo femenino, el ovillo, el útero materno, el habitar primigenio. Ese lugar placentero, único, de regazo y abrigoàsu refugio. Espacios de habitar para no salir. Donde en sus pinturas en acrílico le incorpora signos pregnantes remitiendo a lo urbano con un claro mensaje de “éste es mi lugar”.

 

 

 

En sus fragmentos pintados con reminiscencias de pisos antiguos, Mónica Monin se apropia de grandes planos o sólo fracciones irregulares que recoge en su transitar donde surgen anamorfosis del mismo suelo. En sus territorios plasma siluetas netas, vacías, de una niñez ausente y presente.

 

 

 

Toma retazos de sus suelos con un dramatismo latente, connotando soledad, ausencia y pérdidas.

 

 

 

Ma. Susana Hominal manifiesta una visión panorámica lejana o tan cercana que la abstrae de su propia identidad. Mediante dípticos con técnicas mixtas, emplea planos netos sobre texturas con papel, manchas y grafismos personales. Nos remiten a huellas de sus lugares, registros condensados, vestigios de otros, marcas descubiertas. Con predominio acromático en algunos casos y paletas cálidas y frías en otros. Armando paisajes inmóviles, mediante planos habitados por otros escurridizos. Impresión íntima en continuo movimiento construido sobre lo deconstruido.

 

 

 

En el umbral

 

 

 

María Rita Montalbetti se sitúa en el umbral. Plantea procederes, modos de hacerse, con saturación vivaz de colores, a través de sus intervenciones en postales dando relieve a sus construcciones.

 

 

 

Es capaz de construir esas miras desde las que atrapa y hace suya una idea de mundo, una interpretación de lo que queda “ahí fuera”. Encontramos pues la expresión armoniosa de la relación con el lugar pre-existente. Sin el habitar no hay lugar. La casa es ella y el lugar es una escusa. Lo podemos observar también en sus estaciones que van mutando. Asentamiento, permanencia y marcha...

 

 

 

Este concepto -reflexiona Pacitti- provoca que el lenguaje se separe; que lo llamado doméstico, por el contrario, se haga más poético que formalizado, más contorno que precisión. De nuevo la quiebra, la rotura. La obra de Cristina Behrenz llama así al acogimiento, melancolía, al extrañamiento por excelencia. En sus pinturas gestuales a través de tonalidades frías y grises nos transporta a remembranzas gélidas, bruma detenida, paralizada, mar, horizontes desdibujados de un pasado latente en el que mora el recuerdo. Un habitáculo interior que es parte de su existencia.

 

 

 

Estar en la tierra

 

 

 

Y a decir de Heidegger, “somos, en la medida en que habitamos, ser hombre (y ser mujer) significa: estar en la tierra como mortal, significa: habitar”. Donde la apropiación del lugar significa construirlo: una construcción interna, de interacción humana desplegada en el espacio que nos rodea pero también en el espacio que rodeamos, nos apropiamos y nos con-formamos en nuestro devenir y transitar, para lo cual se organiza, ocupa y coloniza en función de nuestras necesidades.

 

 

 

De esta manera, las obras nos remiten a un redescubrirnos en estos habitares o nos cuestionemos de los propios...

 

 

 

 

 

Fuente El Litoral - Fotos Estudio 24

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