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Locales

Andrea Martinez y la vigencia del Nunca Más

La Concejal Andrea Martínez, Presidente del Concejo de Esperanza recuerda los acontecimientos que dieron origen a esta fecha, tan simbólica para nuestro país y el valor de Raúl Alfonsín para la consolidación de la democracia.

 

El 24 de marzo de 1976 es el día más nefasto de la historia Argentina, por ello   todos los años se recuerda el golpe militar que sometió a nuestro país al terrorismo de estado, a la tortura, a la desaparición forzada de personas, al robo de bebes, delitos estos de lesa humanidad que algunos pretendieron   quedaran impunes.

 

En 1983 recuperada la democracia, fue Raúl Alfonsín quien encabezó la lucha por la “verdad” y la “justicia” y quien imposibilitó la impunidad al derogar la ley de  autoamnistía militar. También, entre otras medidas, creó mediante el decreto 187/83 la Comisión Nacional sobre las Desapariciones de Personas (CONADEP), presidida por el escritor Ernesto Sábato. Poco después, impulsó el juicio a los comandantes de las Fuerzas Armadas.

 

El 20 de septiembre de 1984, la CONADEP entregó al presidente un informe de 50 mil carillas, donde se sostenía que la “dictadura había producido la más grande tragedia de nuestra historia”, demostrando la desaparición de al menos 10 mil personas.

 

Por esto para millones de argentinos, Raúl Alfonsín es el ejemplo del hombre honrado, austero y que fue capaz de cumplir su compromiso con la verdad y la justicia, pese a los levantamientos militares y a las presiones políticas que debió sobrellevar. Se vivían tiempos muy difíciles y había que tener mucho coraje y verdaderas convicciones democráticas para llevar adelante estos juicios que son un ejemplo en el mundo.

 

Y para conmemorar la fecha, vale la pena evocar algunos párrafos del prólogo original del   Nunca Más:

 

Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: "Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura". No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos. Nuestra Comisión no fue instituida para juzgar, pues para eso están los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional.

 

De la enorme documentación recogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron violados en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos tormentos en toda la extensión del territorio. Cómo no atribuirlo a una metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen rigurosamente militar, con todos los poderes y medios de información.

 

De este modo, en nombre de la seguridad nacional, miles y miles de seres humanos, generalmente jóvenes y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de los Desaparecidos. Palabra -triste privilegio argentino- que hoy se escribe en castellano en toda la prensa del mundo. Arrebatados por la fuerza, dejaron de tener presencia civil.

 

Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más 'terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el período que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que Únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana. Unicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MAS en nuestra patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado.

 

 

 

PRENSA PRESIDENCIA CONCEJO MUNICIPAL DE ESPERANZA

DIA DE LA MEMORIA Martinez NUNCA MAS
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