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Locales

Alberto Nuñez y su pasión por Bomberos

El lunes celebrará por última vez el Día del Bombero Voluntario como activo integrante del cuerpo de servidores esperancinos, del cual es jefe hace casi 9 años. Alberto Núñez y su familia viven sentimientos encontrados al advertir que el almanaque pondrá límites a los cargos, pero no quitará la pasión por servir a la comunidad. “Para mí será un 2 de junio diferente, muy especial, nadie se quiere ir de algo que ama tanto y a lo que le entregó todo, pero sé que es una forma de seguir creciendo”, expresó a Edición Uno.

 

“La nueva Ley de Bomberos regula el escalafón técnico profesional y permite que pueda quedarme en el padrón, recibir ascensos y continuar trabajando en lo que necesite el cuerpo o con la comisión directiva, pero no estar en actividad”, explica el actual jefe y agrega: “Quizás en otros cuarteles más chicos un bombero con 55 años sigue ejerciendo a pleno, pero en un grupo con 40 bomberos activos como en Esperanza sería una incoherencia permanecer en el cargo”.

 

- Un líder aprende de todos y enseña a otros líderes, ¿ya piensa en ese recambio?

 

- Son cosas raras que nos van pasando, hablé con otros colegas que se tienen que ir o que les falta poco y hay que prepararse psicológicamente porque a todos nos afecta. Sé que voy a seguir ligado de una u otra forma, el problema es tener que dejar todo de un día para otro, hay gente que no pudo volver a su cuartel y después le costaba definir qué hacer de su vida. Hoy imagino que si hay un incendio grande podré colaborar con el teléfono, tengo experiencia en la logística, pero obedeciendo órdenes del nuevo jefe. No puedo alejarme de manera definitiva del cuartel, acá está buena parte de mi vida, son 28 años de bombero voluntario y casi nueve como jefe.

 

- Con tanta experiencia, al escuchar la sirena o ser convocado para un servicio ¿sigue teniendo las mismas sensaciones que al principio?

 

- Sí, las mismas, como el primer día, es lo que me mantiene vivo, ese sentimiento y el deseo de llegar. La adrenalina es inigualable, ahora con la responsabilidad de cuidar a todos los bomberos, de no tomar decisiones equivocadas y saber que alguien nos necesita. Es difícil de describir.

 

Vocación

 

- Muchos jóvenes pueden ver su pasión y desear ser bombero, ¿qué les dice a quienes quieren ingresar?

 

- Que tienen que tener muchas ganas, que no es fácil ser bombero, para nada. Hay que estudiar, rendir varios exámenes, se necesitan muchas horas de práctica, dedicarle tiempo que se le quita al descanso, a los amigos y a la familia. Un bombero es una persona con una voluntad y un espíritu de solidaridad diferente, no todos llegan a ser bomberos voluntarios, muchos chicos se suman al cuartel pero cuando son más grandes se terminan yendo porque ven que esa responsabilidad cada vez es mayor.

 

- En tiempos donde el dinero manda, quizás olvidamos que ustedes no cobran sueldo...

 

- A veces cuando te ven tanto tiempo capacitándote, asistiendo a reuniones o respondiendo consultas de los medios alguno pregunta, “¿no cobrás nada?” O bien “ahora que sos jefe debés cobrar buena plata”... Todos estos espacios sirven para hacerle conocer a la gente que uno no cobra un mango, que lo hacemos porque nos gusta y disfrutamos la satisfacción del deber cumplido.

 

Después de la tragedia de Rosario, donde fuimos a trabajar, comenzó el debate sobre el pago de un salario al bombero voluntario y pienso que no debe ser así, si nos pagan se pierde la esencia, van a ir porque es su trabajo o porque hay que cumplir horario. Yo pienso que debemos tener mayores subsidios para el cuartel y mejor ayuda para no salir a hacer una pollada o atender un estacionamiento con el objetivo de lograr dinero para equipamiento, pero pagarnos un sueldo no.

 

- ¿Por eso la sociedad los reconoce y les agradece constantemente?

 

- Nos costó un tiempo porque habíamos quedado maltratados con el cierre del servicio de emergencias, pero después la gente volvió a tener confianza y demostramos con hechos que estábamos trabajando en serio. Hoy la comunidad reconoce el esfuerzo y el servicio, esa es nuestra paga, las felicitaciones, el deseo de seguir adelante, que nos encuentren en la calle y nos digan ‘que bueno lo de ustedes’, hubo muchos reconocimientos que hicieron que todo lo mal que la pasamos se vea compensado.

 

 

 

EL CUARTEL, SU CASA

 

- ¿Cómo cambió el cuartel en todo este tiempo?

 

- Pasé por todas, desde ser un simple bombero con un cuartel sin el servicio de emergencias, a estar en la inauguración de ese sistema y después cuando se vendió a tener que trabajar con todos para prácticamente refundar la institución. En 2005 con Rolando Chesa y Néstor Nagel estábamos muy mal, apenas once concurríamos a los incendios, no teníamos para comprar nada... Era un caos total, pero el cuartel creció en personas, estructura y herramientas, tenemos una comisión que trabaja muchísimo y estamos muy contentos. Nos queda el juicio de los médicos y voy a disfrutar cuando se termine la reforma edilicia que también es muy necesaria.

 

- ¿De qué manera sueña el futuro del cuartel?

 

- Considero que lo mejor está por venir... Nos encontramos muy bien encaminados porque la comisión directiva trabaja junto al cuerpo activo. La prioridad fue sumar gente, luego equipar con comodidades y elementos seguros para trabajar y después las dos autobombas que se compraron, un tercer camión que estamos terminando para utilizar como cisterna y ahora la reforma edilicia. Otros cuarteles piensan primero en el auto cero kilómetro y quizás no tienen un compresor para cargar el equipo autónomo o no cuentan con trajes para todos los bomberos, nosotros nos movilizamos en una trafic más vieja, pero nuestros bomberos poseen todo lo que necesitan.

 

- Con todo lo vivido, cuando observa el cuartel, sus cosas y su gente, ¿qué pasa por su cabeza?

 

- (piensa mientras su familia lo mira)... Pasé toda mi vida ahí, mis hijos crecieron ahí adentro, con mi señora estamos siempre, en marzo cumplí 28 años como bombero y en diciembre voy a festejar el mismo aniversario de casado, son muchos recuerdos (se emociona).

 

 

 

LA FAMILIA, EL SOSTÉN

 

Se casó con Luisa luciendo la gala bomberil y permanecerá en actividad hasta el 17 de abril de 2015 cuando cumpla 55 años. Alberto Núñez no duda en reconocer que sin ella no podría seguir con la misma pasión. Mira a sus tres hijos que lo escuchan en silencio y con admiración, después afirma: “Ellos saben cuánto tiempo le entregamos a bomberos, pude seguir porque mi esposa me apoyó siempre, no es fácil faltar a los cumpleaños de tus hijos, a reuniones de escuelas o no poder acompañarlos a actividades extras, muchas veces porque hay un compromiso con la comunidad en tratar de ayudar o capacitarse para ser cada vez mejor”.

 

- ¿Qué su hijo sea bombero es un orgullo?

 

- Gabi no tuvo opción, vivía en el cuartel, a los 11 años fue cadete y como padre y bombero pude darle su ingreso, y ahora como jefe su ascenso a suboficial. Por supuesto que es un orgullo, aunque en todo momento quise que sea uno más.

 

- ¿Piensa en la familia cuando asiste a una emergencia?

 

- Cuando salgo no, la experiencia lleva a tomar con calma esas situaciones, pero a mí me pasó varias veces acudir a los accidentes y pensar que entre las víctimas podían estar mis hijos, porque eran horarios de salida de boliches y esa idea en el viaje hasta el lugar te mata, no te la podés sacar de la cabeza... Por suerte nunca me tocó vivir algo así.

 

- En el incendio también se corren riesgos, ¿allí no se piensa en su gente?

 

- En ese momento no se piensa en nada familiar, sólo en salvar a la víctima o en apagar el incendio, después cuando todo termina reflexionás sobre los riesgos y ahí sí es cuando meditás que tu familia te está esperando, pero cuando vas al incendio sentís la adrenalina al subir al camión y vas hablando con los compañeros sobre la posible situación con la cual nos vamos a encontrar.

 

A veces nos demoramos demasiado en regresar a casa y no nos acordamos de avisar que estamos bien, pero los familiares de los bomberos saben que no tienen que llamar al cuartel preguntando cómo estamos, aguardan que les avisemos y ahí todos se tranquilizan.

 

Con Gabriel nos reímos porque cuando salíamos de casa nuestra familia nos abría el portón del garaje y gritaba “¡vayan despacio, cuídense!”. Es porque nos quieren, pero nosotros sólo pretendíamos subir a la autobomba.

 

 

 

PRÓXIMOS JEFES

 

 

 

Según la ley que regula el funcionamiento de los cuarteles de Bomberos Voluntarios la sucesión de Alberto Núñez debe ser elegida entre todos los oficiales, pero en un cuartel tan organizado como el esperancino se descarta que el actual número dos, Néstor Nagel, será el próximo jefe y César Gioria pasará a ejercer la segunda jefatura.

 

 

 

 

 

Nota publicada en la edición del 29 de mayo de Edición Uno Esperanza.

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