Noticia: Vecinos se quejan por el alto costo de una obra de cloacas y porque no recuerdan haber sido consultados sobre la misma. Algunos aseguran que en tiempo de campaña les prometieron la obra gratis. Carteles del gobierno nacional afirman que la obra de cloacas en La Orilla y agua potable en el Arco de la Colonización fueron ejecutados con fondos nacionales.
La noticia periodística agregó dos consideraciones: las ordenanzas que la sustentan tienen algunos años de antigüedad y que los vecinos fueron informados de su obligación de pago después de las elecciones.
Esa realidad fue difundida durante dos días por este portal haciéndose eco de llamados telefónicos a un programa de TV y correos electrónicos recibidos.
Fue suficiente condimento para que personajes que rodean a la intendenta utilicen espacios y correos electrónicos para denunciar "una campaña de desprestigio" en contra de la mandataria local. Acusaron de actitudes ligadas con el nacismo y se enredaron en fílmicas historias de corporaciones periodísticas.
A veces pienso si todo esto es real. Si la intendenta destina su precioso tiempo en escuchar estas estupideces de personajes cuyo ascendente trabajo los destina al sector público y a la política detrás del prestigio de otros, porque no son capaces de generar su propio futuro.
Ana Meiners deberá entender que su gestión crecerá cuanto más aprenda de las críticas y las asimile para mejorar su acción. También cuanto más dialogue con todos y cuanto más pueda explicar los fundamentos de sus decisiones. El trabajo de esos alcahuetes debería estar enfocado a responderle a los vecinos con fundamento (para eso le pagan) y no a atacar a la prensa a quien siguen asignándole en su imaginario popular un rol político inexistente.
Más de la mitad de los esperancinos eligió a Meiners para que decida los destinos de la ciudad, administre sus fondos y concrete lo que prometió en campaña. Ella y quienes la rodean deben asimilar que la reelección no es el "bronce" sino sus realizaciones, sus obras y las soluciones que les brinden a sus vecinos que con impuestos les pagan el sueldo.
Sus presiones por silenciarnos solo nos enaltecen. Es tiempo de trabajo.
José Zenclussen.