La gente de Sarmiento de Humboldt no viene bien con el presidente de la Liga Esperancina, Raúl Borgna.
Existía un antecedente con Sarmiento de Humboldt y Álvarez cuando el árbitro fue agredido, el estadio de Sarmiento fue clausurado y el club sancionado económicamente. Fue durante este campeonato y los recuerdos estaban frescos.
La gente de Humboldt entiende que enviar al mismo árbitro a la semifinal que eran protagonistas, fue una provocación dirigencial.
No sólo ese recuerdo tenían presente los simpatizantes de Sarmiento de Humboldt, sino también que fue Darío Álvarez el árbitro del polémico partido revancha entre San Martín de Progreso y San Lorenzo de Esperanza donde los simpatizantes esperancinos reclamaron penal y sufrieron varias expulsiones.
Con todo ese antecedente llegó el partido donde el accionar de Álvarez y de uno de los líneas no fue el mejor, al decir de los simpatizantes de Sarmiento de Humboldt.
Con la bronca acumulada desde Progreso se vinieron derecho a la sede de la Liga Esperancina para "hablar" con el Presidente de la Liga Esperancina, Raúl Borgna. Por supuesto que no lo encontraron ni personalmente ni por teléfono. Suele esconderse Borgna que ya ni a las canchas de fútbol va.
Estuvieron un rato frente a la Liga Esperancina, se hicieron sentir, le dedicaron algunas expresiones que hacían alusión a la parcialidad y bronca de Borgna para con Sarmiento de Humboldt y con la llegada de un móvil policial los simpatizantes se retiraron del lugar.
No es el primer hecho que marca "problemas" en las relaciones del presidente de la Liga Esperancina de Fútbol con dirigentes de los clubes. Días pasados se realizó una conferencia de prensa en la sede de Liga Esperancina para presentar un torneo femenino y faltó a la cita el presidente del club organizador. Según pudo conocer EDXD, el propio Borgna aplica a su criterio y humor personal la admisión de dirigentes en el edificio liguista y ésto habría sido el origen del faltazo.
Cuando el caudillismo le gana a la razón, la dirigencia colegiada pierde sentido. Cuando cuestiones personales se mezclan en la cabeza del único que decide, las mesas de discusión pierden sentido, pero el que más pierde es el fútbol.
j.z.
