El conflicto lechero entró en un escenario gravísimo, por la magnitud de las pérdidas que se están registrando y la intransigencia de las partes. Mientras la industria no asiste a las reuniones convocadas -ayer fracasó un encuentro en el Ministerio de la Producción- para intentar hallar caminos de negociación concretos y los productores endurecen sus protestas, el Gobierno nacional, que parece tener la única llave capaz de abrir una puerta de salida a este serio conflicto, demora y deja pasar los días sin aportar ningún tipo de solución comprometida.
Especialmente grave es el silencio de la Subsecretaría de Lechería, entre cuyos funcionarios hay productores de nuestra zona que se sumaron al Gobierno y que en estos momentos deberían estar al menos ofreciendo algún tipo de respuestas sobre las líneas en las que está trabajando el gobierno.