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Ruta 70 necesita radares para control y obras

por jose

La tragedia sucedida el domingo en la ciudad, sobre ruta 70 en su traza urbana, reactivó el debate sobre los controles, el rol del estado y el comportamiento de los conductores que son reticentes a cumplir con los límites de velocidad establecidos en el lugar.

 

El crecimiento de la ciudad en el sector comprendido al este de ruta 6 y la falta de obras de infraestructura de jerarquía como la Autovía en la ruta 70 y la circunvalación a la ciudad nos llevan a pensar alternativas que ofrezcan garantía de tránsito con normas respetadas por todos.

 

Son repetidos los informes periodísticos que alertan sobre la necesidad de mayores controles y repetidas también las promesas de incorporar más radares, alcoholímetros y personal a la Dirección de Tránsito.

 

Ante la desesperación de llegar a una solución inmediata y la necesidad de dar respuestas a la comunidad, las autoridades son proclives a construir «lomos de burro» que logran reducir la velocidad y detienen la marcha de todos los vehículos tratando a todos como burros.

 

Desde EDXD advertimos de la necesidad de realizar una mayor inversión y pensar que muchas veces los equipos de emergencia necesitan llegar rápidamente a un lugar y los lomos de burro son obstáculos. El lomo de burro detiene a una ambulancia que traslada a un enfermo o a otra que debe llegar a un accidente.

 

La alternativa es la instalación de radares fijos conocidos técnicamente como «cinemómetros» que obligan a los automovilistas a respetar los límites de velocidad y en caso de sobrepasar ese límite imprime la fotografía del automóvil y el registro de velocidad. Esa fotomulta es cobrada por la justicia de faltas local.

 

No podemos hablar de inversiones económicas cuando vidas están en riesgo, mucho menos cuando estos sistemas son los más efectivos y económicos ya que se pagan en un corto período con la recaudación de las propias multas.

 

EN OTRAS CIUDADES

 

En la ciudad de Santa Fe ya fueron instalados varios de estos equipos y los esperancinos fuimos multados con esos sistemas. Están instalados en la zona de la Granja La Esmeralda, en el ingreso por ruta 11, en la zona de la Costanera Oeste y ahora también en la Avenida Alem (jurisdicción nacional).

 

Allí se logró reducir los límites de velocidad, se advierte con carteles la instalación de esos equipos y se coloca la instalación regulada y supervisada por la Agencia Provincial de Seguridad Vial y la Universidad Tecnológica.

 

Son ejemplos concretos de control efectivo, las 24 horas y con límites de seguridad en zonas urbanas. Cuando existe decisión de implementarlos las jurisdicciones locales, provinciales y nacionales ponen todo su protocolo en acción, pero sin dudas que el primer paso debe darlo la autoridad local.

 

LA NECESIDAD DE OBRAS

 

Toda la comunidad conoce que todavía no se pudo pavimentar Avenida Argentina y por ello buena parte del tránsito urbano de Esperanza se traslada por Brigadier López, que es la ruta 70, hoy concesionada y bajo explotación del Corredor Vial.

 

Eso no quita responsabilidad de gestión y mejoras a las autoridades locales. Es imprescindible que se construyan dársenas de giro en esquinas de ingresos a calles de la ciudad desde ruta 70. Los invitamos hoy mismo a observar el ingreso desde ruta 70 a calle Besson (al este del Polideportivo) y comprobarán que es imposible hacerlo sin detenerse por el pésimo estado de las banquinas. Esa detención también genera focos de incidentes viales peligrosos. Es sólo un ejemplo de las numerosas dársenas que deberían construirse.

 

Hoy existe la posibilidad de concretar las obras con fondos locales y después cobrárselas al Corredor Vial ya que el propio Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Esperanza es el Presidente del Corredor Vial 9.

 

Un importante paso de ordenamiento sobre la ruta 70 se dio con la sincronización de los semáforos y la posibilidad de regular el tránsito en la zona urbana central de la ruta 70 en la ciudad pero queda mucho por hacer.

 

Falta decisión y acción política. La comunidad demanda respuestas y está claro que somos hijos del rigor, basado en el control y las multas. Hoy la respuesta debe ser inmediata con cinemómetros fijos, controles de alcoholemias rotativos, inversión en equipos y obras de infraestructura que brinden garantías.

 

El presupuesto y las diferencias políticas son excusas ante la gente que se transforman en chicanas políticas que desnudan incapacidad de gestión. La comunidad toda demanda respuestas.

 

j.z.

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