El jueves 25 de Diciembre nos encontramos con mucha pena y dolor, con que la fuente de agua frente a la Iglesia Evangélica estaba rota.
Un lugar frecuentado por gente de todas las edades, pero principalmente por niños que quieren mojar sus manitas y disfrutar del ruidito relajante que produce la caída del agua.
Pero días después, la pena y el dolor se convirtieron en incredulidad, al ver la otra fuente frente a la Iglesia Católica rota de la misma manera. Incredulidad porque lo que se pensó que podría ser un acto de alguna forma "accidental" no dimensionado, se convirtió con certeza en uno premeditado y totalmente deliberado.
"Chicos, los estamos esperando para construir, no para destruir".
DUILIO ROHRMANN
Presidente Comunal
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