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Regionales

En Las Colonias bajó un 20% la producción de trigo

Según la Bolsa de Comercio de Santa Fe la superficie sembrada cayó un 28,8%. Entienden que la tendencia podría revertirse al cambiar las reglas de juego y cesar el intervencionismo del gobierno nacional.

 

 

 

A fines de enero finalizó la cosecha de trigo en el país, la última campaña realizada en el contexto de un mercado fuertemente intervenido por el Gobierno nacional, que dio como resultado sucesivas campañas con rentabilidad muy comprometida para el sector triguero, principalmente en aquellas zonas alejadas a puerto.

En un informe especial, la Bolsa de Comercio de Santa Fe describe la actualidad del mercado del trigo a nivel nacional y el resultado económico para los productores de trigo del centro-norte santafesino en el presente ciclo agrícola 2015/16, a la vez que se consideran los cambios en las políticas agropecuarias realizados por el nuevo gobierno y aquellos puntos que sería necesario profundizar a fin generar un incentivo para que se produzca un importante repunte en el sector en la próxima campaña.

Según el Sistema de Estimaciones Agrícolas, a nivel nacional, la producción de trigo alcanzó las 11 millones de toneladas, según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación; esta cifra representa una disminución del 20,9% en relación al volumen recolectado en la campaña agrícola 2014/15. La superficie implantada fue de 4,1 millones de hectáreas, un 22,1% inferior al año anterior. Por su parte, los rendimientos promedio obtenidos fueron de 27 quintales por hectárea (superiores a los de la campaña previa, que arrojó 26 quintales por hectárea) y compensaron en parte la caída en la producción.

Por su parte, las caídas observadas en siembra y producción de trigo en los departamentos del centro-norte de la provincia de Santa Fe han sido superiores a las registradas a nivel nacional. En la presente campaña, la superficie sembrada disminuyó en un 35,5%, totalizando 199.850 hectáreas, mientras que la caída en la producción fue del 27,1%, llegando a las 586.309 toneladas. En tanto, los rendimientos se incrementaron un 13,3%, ubicándose en niveles elevados para los promedios históricos de la región, y atenuaron la caída en la producción.

 

Como se puede apreciar en el cuadro, la realidad expresada a nivel general en el centro-norte se replica en cada uno de los departamentos. La disminución en la superficie sembrada durante la presente campaña se debe fundamentalmente al derrumbe en la rentabilidad del cultivo, en un contexto de desfinanciamiento del sector tras sucesivas campañas con números en rojo. Estas cuestiones llevaron a que para reducir costos se disminuya la tecnología utilizada en la mayoría de las explotaciones agropecuarias, principalmente en materia de fertilización, lo que dio como resultado una caída en la calidad de la producción, obteniéndose menores niveles de proteína y gluten.

El mercado internacional del trigo se encuentra actualmente en un escenario que no invita a ser optimistas con el rumbo futuro de los precios en el corto plazo, si nos guiamos por los fundamentos que se observan. De acuerdo a las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la presente campaña sería la cuarta de incrementos tanto en los stocks mundiales de trigo como en la relación stocks/consumo.

La variabilidad de precios que reciben los productores locales está siendo muy elevada y es explicada por las condiciones de entrega, el peso hectolítrico y principalmente por los niveles de proteína y gluten. La causa de esto ha sido la falta de rentabilidad del sector, que llevó a que en muchas áreas se siembre trigo con escasa tecnología y priorizando rendimiento a calidad. Este aspecto fue central en la presente campaña, ya que la calidad del trigo hizo la diferencia en términos económicos, llegando a registrarse diferenciales de más de U$S 40 por tonelada de acuerdo al nivel de proteína.

En cuanto a las ventas, a nivel local no se han producido muchas operaciones de la cosecha actual.

Los resultados obtenidos en la presente campaña indican que se obtuvo un margen bruto en campo propio de U$S 45,1 por hectárea en San Justo y U$S 4,8 en General Obligado. La explicación principal de las ganancias brutas en esta campaña luego de haber tenido importantes pérdidas el sector triguero en la campaña anterior, se explica fundamentalmente por el mayor valor del dólar al momento de la cosecha, junto con la eliminación de las retenciones a las exportaciones y supresión de los ROE’s.

Los rendimientos de las explotaciones trigueras de los departamentos del centro-norte se encontraron en niveles elevados en términos históricos, lo cual fue un factor clave a la hora de compensar en los números del productor los bajos niveles de precios. En particular, para los ejemplos presentados, el rendimiento considerado fue de 37 quintales por hectárea en San Justo, mientras que en General Obligado la cifra bajó hasta 17 quintales por cada hectárea sembrada de trigo, lo cual fue un valor bueno considerando que en años con Niño la producción de trigo suele verse afectada en este departamento. La diferencia se explica por la mayor productividad de la tierra en la zona de San Justo en relación a General Obligado, y por la utilización de una mejor tecnología en la producción.

Los costos ascienden a U$S 487,7 en San Justo y a U$S 240 en General Obligado. La mayor proporción de los mismos corresponde a los costos de producción, que representan un 56% del total de costos en San Justo y del 52,3% en General Obligado. Los costos incurridos en las labores de cosecha por hectárea han sido de U$S 44,8 en San Justo y de U$S 40 en General Obligado. Como se ha mencionado anteriormente, uno de los factores de ajuste para comprimir los costos ante la falta de fondos ha sido la menor fertilización del cultivo. Por su parte, las erogaciones realizadas en la etapa de comercialización de los granos, ascendieron a U$S 169,9 por hectárea en San Justo y de U$S 74,5 en General Obligado, representando un 34,8% y un 31,0% respectivamente, lo que da cuenta de la mayor importancia que van teniendo en las últimas campañas los costos de comercialización, principalmente impulsados por el peso del flete a puerto.

 

 

 

Nueva campaña

 

 

 

Para la campaña 2016/17 se espera que la producción de trigo tenga un importante repunte, lo que sería un hecho muy positivo luego de varios años con tendencia decreciente en la rotación de cultivos en el agro argentino. Es necesario que se utilice mayor tecnología, especialmente una mejor fertilización, a fin de recomponer los niveles de calidad del trigo, teniendo en cuenta los importantes diferenciales de precio que obtuvieron aquellos productores que tuvieron buenos niveles de proteína.

A pesar de que los precios internacionales se encuentran en niveles bajos, la liberación del tipo de cambio junto con la eliminación de las retenciones y de los registros de operaciones en el exterior brindó un escenario de mayor previsibilidad para el sector en nuestro país, lo que generaría un aliciente importante para incrementar la superficie sembrada con trigo.

También deberán tenerse en cuenta ciertos condicionantes que serán claves para las decisiones de siembra. Muchos productores se encuentran desfinanciados luego de sucesivas campañas con números en rojo, por lo que será clave el acceso al crédito que puedan tener para comenzar con las labores de siembra. Además, evolución del tipo de cambio y el mayor acercamiento de la capacidad de pago de la demanda en relación a lo efectivamente pagado a los productores serán otros puntos sustanciales, junto con las medidas que se comiencen a tomar en relación a la política de transporte, a fin de hacer posible la rentabilidad para productores alejados a puerto.

 

 

 

Fuente Castellanos

caida PRODUCCION TRIGO
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