Al igual que el Paraná, el río Salado atraviesa una bajante pronunciada. La altura más baja del último año se había dado el 5 de agosto pasado, cuando se anotó con una altura de 2,26 metros a la altura de Santo Tomé.
La última marca publicada por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídrica de la UNL corresponde al pasado lunes. La misma habla de una altura de 2,17 metros, nueve centímetros menos que la registrada en agosto.
Como sabemos y conocemos los santafesinos, el régimen de caudales del río Salado se caracteriza por ser muy inestable. A pesar de la crecida que se dio en los días posteriores al 5 de agosto, el Salado volvió a mostrarse a la baja.
La bajante más notoria comenzó a observarse desde el 15 de septiembre, cuando midió 2,45 metros. Así, el Salado bajó casi medio metro hasta el lunes de esta semana.
Fuente: diario Uno Santa Fe