En diálogo con la CSC Radio, Aba comentó que en Esperanza se trataron “temas que son rutinarios para el desarrollo del Consejo que tienen que ver con cuestiones de movilidad o de plan de estudios que se vienen desarrollando sistemáticamente y que forman parte de estas reuniones. En eso se suman los secretarios académicos y de investigación y pos grado para tratar de encontrar la posibilidad de armar un sistema que sea más cooperativo y que contemple la formación de redes entre las distintas instituciones y que nos beneficie más de lo que ya nos está beneficiando el sistema actualmente”.
Agregó que “por otro lado en este caso puntual –y ya ha sido tema en reuniones anteriores- nuestra profesión está debatiendo hacia el interior de la Universidad lo que son las actividades reservadas al título de veterinario, a la luz de que la nueva normativa impone que se consideren como actividades reservadas al título aquellas que ponen de alguna forma en riesgo a la población”.
Por otra parte, Aba destacó que “las reuniones se realizan mínimamente dos o tres veces al año” y consideró que “la forma en que se encaran, con todas las facultades nacionales en medicina veterinaria nos juntamos para tratar de colaborar, de suplir las debilidades existentes y de compartir las fortalezas que todos tenemos nos da muy buen resultado”.
Asimismo, mencionó que “en los últimos años hemos accedido desde el Consejo a algunos proyectos financiados por el Estado, como un proyecto de apoyo al funcionamiento de los hospitales veterinarios u otro de estandarización de la práctica veterinarias, y eso como presidencia nos pone muy orgullosos porque significa que no solamente el cuerpo en su conjunto piensa en el bienestar de la comunidad veterinaria sino que también como instituciones nos estamos apoyando”.
Consultado por la realidad económica en las facultades del país, reconoció que “no es homogénea”, pero aclaró que “a partir de 2006 y con implementación en 2007 las facultades de veterinaria de la órbita pública pasamos por un proceso de acreditación que tuvo un complemento vital, que fue el tener fondos para la reparación de aquellas debilidades que se tenían. La Coneau fijó estándares que se debían cumplir, de manera que aún aquellas que no tuviéramos todas las posibilidades, a través de esos fondos pudiéramos funcionar”.
“En nuestro caso se llamó Promvet (Programa de Mejora de la Medicina Veterinaria) y el gobierno destinó fondos muy importantes. En nuestro caso fueron cuatro o cinco millones de pesos en cada facultad con los cuales se construyeron hospitales, se contrató personal, se compró equipamiento, y eso hizo que si bien existían diferencias entre las facultades, el piso sobre el cual nos movemos es homogéneo, todos tenemos el mínimo establecido por los estándares necesarios para funcionar”, concluyó.
Redacción: Ayelen Waigandt – Esperanza Día x Día – CSC Radio
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