El hecho fue advertido por el personal asistente escolar en la mañana del viernes 2 de enero. Fue convocada de urgencia la directora y el personal docente. Nadie salía de su sorpresa, indignación y bronca por lo encontrado en la dependencia escolar.
Todo roto, destrozado, tirado al piso para destruir, para provocar daño, como si quien lo hizo disfruta del daño ajeno. Plasticolas, útiles escolares, papeles, carpetas, biblioratos, todo roto y tirado al piso. Elementos de química presentados como si se trataran de líneas de droga.
Ingresaron, porque se supone que fue más de uno quien llegó al lugar, saltando un tapial o puerta de calle Almirante Brown. Allí rompieron una ventana y lograron ganar aulas y laboratorio. Llegaron al anexo del jardín de infantes y siguieron rompiendo.
La Escuela Provincial 6403 había sido noticia por ser elegida para continuar con el Programa de Horario Extendido para los alumnos y por haber recibido un aula digital del gobierno nacional. Por suerte los docentes confirmaron que ese equipo electrónico no fue dañado ni robado.
Los sujetos capaces de hacer ese daño a la sociedad y en principio no robar nada del lugar, son sujetos enfermos que demostraron que son capaces de mucho más.
Personal policial encontró una pequeña caja fuerte violentada que no pertenecería a la escuela sino al templo cristiano que está ubicado frente a la escuela, en Brown y ruta 70.
La policía investiga bajo las órdenes de la fiscal Clelia Trossero para dar con los autores de semejante daño social que desnuda lo que es capaz de generar una sociedad violenta, permisiva con los delincuentes e indiferente ante el avance de las adicciones.
No se encuentra explicación lógica ante tal ataque que esperemos sea esclarecido cuanto antes.