Arguinchona sostuvo que su traslado “fue una situación sorpresiva porque no la esperaba, pero siempre Dios nos está diciendo que tenemos que tener las valijas hechas, es decir que el sacerdote está a disposición de lo que Dios le pide a través del obispo”.
“El lunes pasado, el obispo me llamó y me contó la situación del Padre Luis, que no podía regresar a la parroquia, y que por eso había pensado en mí así que había que empezar a organizar un poco la cosa. Y así fue que me puse en oración para que Dios guíe mi corazón, me ilumine y me ayude a cerrar lo que hay que en la Parroquia y en Cáritas”, contó el sacerdote en la CSC Radio.
Asimismo, mencionó que el 30 de septiembre del año pasado tuvo “la gracia de celebrar las Bodas de Plata, es decir que son 25 años de sacerdote, y un año más como diácono; así que hace 64 años que estoy en Santa Fe porque nací aquí y es la primera vez que voy a estar fuera de la ciudad”.
Calificó la situación como “un desafío” y agregó: “Sé que Esperanza es una comunidad hermosa, me han dicho que es una ciudad muy linda y de gente muy buena pero la única forma de conocerla es caminarla, y seguro con la ayuda de Dios voy a poder hacerlo”. Al respecto, agregó: “Espero encontrarme con el Padre Carlos, con quien vamos a charlar para que me vaya orientando un poco y por supuesto voy a necesitar de todos para ir conociendo la comunidad, caminándola y haciendo una comunión de corazón”.
Por otra parte, informó que su asunción se producirá “el 1 de marzo durante la misa de las 10.30 horas” y contó que “es una celebración muy linda porque el Obispo que preside la misa hace recorrer al sacerdote el sagrario, el confesionario, y es todo muy significativo porque se pone en posesión al sacerdote en los lugares más representativos de la Iglesia”.
Sobre su nueva experiencia, el sacerdote reflexionó: “Nunca estuve en una Basílica, mi labor pastoral fue siempre en los barrios de la ciudad de Santa Fe así que va a ser una situación diferente para mí. Santa Rosa de Lima decía: cuando Dios te pide algo, te da la gracia; nos da los dones y todo lo necesario para ir viviendo cada situación como se va presentando, iluminándola desde la palabra de Dios. Para mí será un desafío lindo, hermoso, diferente en mi vida pero con la alegría de que voy a una comunidad muy linda, muy hermosa y que tiene los corazones abiertos”.
Por último, explicó que “si bien las Basílicas son muy particulares, el asumir en ella es como hacerlo en cualquier otra parroquia, una comunidad de fieles en la cual se vive la catequesis, los grupos de oración, el desarrollo de la fe y la vivencia de los sacramentos. Uno como sacerdote tiene que tener en claro que el ascenso de uno es cuanto más se baja en servir a los demás, y sobre todo a los más pobres”.
Redacción: Ayelen Waigandt – Esperanza Día x Día – CSC Radio