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Padre Axel: «Me voy de Esperanza con un corazón lleno de amor»

por juanmanuel

En las próximas semanas el Padre Axel Arguinchona dejará la ciudad de Esperanza y la noticia ya resonó fuerte en la feligresía esperancina, porque volverá a Santa Fe, en este caso para trabajar en el necesitado barrio San Agustín.

En diálogo con la CSC Radio, Arguinchona señaló que “hay que tratar todos los días de imitar a Jesús, y como él hizo que salió a caminar, a predicar la buena nueva, que no se quedó quieto y anduvo por muchos lados” y del mismo modo “el sacerdote hace la promesa de obediencia cuando recibe el diaconado – hace 30 años que la hice- y donde me mande el Señor tengo que ir”.

“Así como pasé de una parroquia a otra en otras circunstancias, ahora es exactamente lo mismo; después de un tiempo y de acuerdo a las necesidades que haya en la diócesis todos los sacerdotes estamos a disposición y de acuerdo a lo que el Señor nos va pidiendo a través del obispo lo intentamos hacer con mucha alegría”, refirió.

Recordó que desde su ordenación en 1989 trabajó en la Parroquia San Antonio de Padua que abarca a los barrios Centenario, Itatí, Varadero Sarsotti, San Lorenzo, Chalet, El Arenal, luego pasó ocho años en Santa Roma de Lima, una zona muy castigada con las inundaciones, y posteriormente pasó a La Merced, que también comprendía la capilla Santa Lucia, hast que el 1 de marzo de 2015 recaló en la Basílica de Esperanza.

Sobre esta partida, admitió: «Llegué a Esperanza en marzo de 2015 con mucha expectativa y no es fácil para mí tener que dejar la ciudad. Uno sabe que extrañará a mucha gente, el día a día. Esperanza es una localidad que desde el primer segundo me recibió con los brazos abiertos y lo bueno es que se fue incrementando no solo dentro de la Iglesia, sino también afuera donde fui recibido por personas creyentes y no tanto u otras que directamente no creen en una religión y en todo momento he sentido el afecto y amor que me han dado».

«Jesús vino al mundo para generar el encuentro entre Dios y el hombre y la misión del sacerdote es ésta: poder ser puentes de comunión con Dios y entre nosotros. Y en Esperanza he podido generar el encuentro y eso es lo más lindo que me pudo haber pasado. No siempre sale bien pero el sacerdote debe tratar de formar esa unión y Esperanza me dio todas sus herramientas para que podamos estar en comunión», reflexionó Axel.

Próximo destino

Con un trabajo formidable por años en barrios necesitados de Santa Fe el Padre Axel vuelve a Santa Fe para tomar las riendas de una zona que necesita ayuda: «Me instalaré en la Parroquia San Agustín que está emplazada en el barrio San Agustín. Cuando vamos por Circunvalación para Santa Fe es la iglesia que está ubicada en la zona del Mercado de Abastecedores de Frutas y Verduras y comprende además el barrio La Tablada que está a la derecha de Circunvalación donde aún se ve el edificio viejo del Matadero. Es una zona muy pobre, complicada, con carencias graves y que está pasando una situación muy difícil y es allí donde el Señor me pide llevar la buena nueva».

«Cuando Dios te pide algo te da la gracia. Es uno de los barrios más difíciles de Santa Fe, no tiene las cosas acomodadas con una situación social muy complicada pero cuando uno está convencido de ir a cumplir con la misión que envía el Obispo, Dios le da la gracia. La gracia de Dios es la vida divina, todo lo que necesitamos para poder responder y seguir adelante. Como sacerdote debemos saber que Dios quiere que todos se salven y entonces nosotros somos los instrumentos para que muchos puedan encontrarse con Cristo Redentor pero a la vez saber que no hay evangelización sin promoción humana. Por lo tanto debemos estar en las dos cosas. La Santa Madre Teresa de Calcuta decía: «Eucaristía y pobres. Dos realidades que no pueden separarse». Algo por lo que deberemos trabajar en San Agustín donde el 100 por ciento del barrio, lamentablemente es de gente pobre».

Su mensaje a Esperanza

En sus últimos días repartiendo alegría y sonrisas por la comunidad Axel afirmó: «Me llevo de Esperanza el corazón muchísimo más grande con el cuál vine. No porque yo haya dado mucho sino porque cada uno de los esperancinos me lo ha llenado».

«Seguiremos compartiendo unos días más juntos en la comunidad y espero que el templo esté repleto las próximas semanas pero para compartir juntos la Santa Misa y no para que canten que me vaya (risas). Me llevo una experiencia de vida tremenda de Esperanza. Fueron casi cuatro años maravillosos. Conocía la ciudad, había estado pero jamás imaginé vivir las cosas que me tocaron. Me llevo en mi corazón una comunidad que ha compartido su corazón conmigo y me han ayudado a crecer como persona y en mi misión sacerdotal. Uno se va físicamente pero espiritualmente seguiré en Esperanza porque estarán en mis oraciones».

«Esperanza es una comunidad hermosa y lo bueno es que estamos muy cerca y no faltarán oportunidades para vernos, compartir momentos aunque a la mayoría de los esperancinos los seguiré encontrando en la cancha de Colón (risas). A Esperanza simplemente gracias por haber dejado entrar a su comunidad y abrirme el corazón», comentó en el final simplemente Axel Arguinchona, el Padre que acercó a Jesús a través de una sonrisa.

 

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