El hecho se produjo el 1 de Junio de 1971. El pueblo fue sitiado por tres comandos Montoneros que lograron robar dinero de un banco, armamento de la comisaría y documentos del Juzgado de Paz.
Entre 1968 y 1970 se identifico la formación de 5 grupos de la agrupación política guerrillera Montoneros, en el interior del país; dos en Córdoba, un grupo en Santa Fe y otro en Reconquista.
En la ciudad de Santa Fe, los vínculos entre militantes de dos agrupaciones universitarias —Ateneo Universitario y Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica— y de la agrupación socialcristiana Acción Sindical Argentina dieron origen a las primeras células, a las cuales se fueron incorporando militantes que no pertenecían a las agrupaciones mencionadas pero mantenían relaciones con miembros de las mismas.
En esos años se combinaron prácticas públicas (en la universidad, en barrios y en sindicatos) y acciones planificadas en la incipiente estructura clandestina. A su vez, otros ámbitos constituyeron lugares de encuentro, como los grupos de laicos vinculados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
A partir de 1971, en la ciudad de Santa Fe, las células guerrilleras comenzaron a operar con el nombre de Montoneros y dieron a conocer sus primeros comunicados en el periódico «El Litoral».
El copamiento de San Jerónimo Norte sucedió un primero de junio de 1971, con el robo a una sucursal bancaria, llevándose 8.700.000 pesos. La tranquila localidad de San Jerónimo Norte, pasó a ser noticia en el país ante un suceso ya común entrados los 70s.
El grupo extremista que protagonizo el atraco, fue lo suficientemente organizado como para actuar sin dejar rastros que permitan la identificación de quienes lo componen.
Un comando montonero integrado por unas veinte personas ocupó la localidad bien temprano, por la mañana, y tras provocar el aislamiento de todo el pueblo, cortando cables de luz y teléfono, robaron la sucursal del Banco Provincial, la comisaría, de donde se llevaron fusiles con cerrojos, pistolas y una ametralladora.
También asaltaron la comuna, de donde sustrajeron sellos, documentación para patentamiento de automóviles y un teodolito (objeto que se utiliza para mediciones con gran precisión).
Gradualmente, todos los participantes del atraco fueron detenidos y confesaron la culpabilidad de Montoneros. La tranquila cotidianidad de un pueblo del interior que no conocía de enfrentamientos armados ni de entrenamiento a guerrillas, se vio quebrada de tal forma, que aun hoy a 52 anos del hecho, se recuerda con asombro.