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Nacionales

Anses, la gran ausente, debe ser actividad esencial

Por JUAN PABLO SANCHEZ

 

Ex Gerente UDAI Monte Grande (Pcia de Buenos Aires)

 

Ex Operador Oficina Esperanza (Pcia de Santa Fe)

 

 

 

Martes 21 de abril de 2019

 

Anses está ausente. Recién hace pocos días fue declarada actividad esencial en dos de sus tres modalidades de atención. La Atención telefónica (el famoso 130), que no llega a cubrir la demanda; y más recientemente, las Unidades de Atención Móviles, que cubren muy parcialmente las necesidades de un lugar específico, aquel donde fuera desplegado el vehículo. De modo que permanecen cerradas las oficinas de todo el país.

 

En la actualidad la Anses procesa decenas de trámites para millones de argentinos. Y la emergencia sanitaria ha empujado a cientos de miles de argentinos a intentar recurrir, infructuosamente, al Ingreso Familiar Extraordinario (IFE), lanzado por el Gobierno Nacional como una forma de morigerar el parate económico.

 

Sin embargo, innumerables denuncias en redes sociales y medios de comunicación dan cuenta que la Anses no está satisfaciendo las necesidades de un sector de la población que requiere de forma urgente la asistencia del Estado. Muchos casos ameritan ser resueltos de manera presencial. Y el Estado, hoy más que nunca, debe estar presente.

 

Asimismo, miles de trámites de inicio de jubilaciones y pensiones han quedado paralizados o no se han iniciado. Un ejemplo. Una UDAI mediana gestiona por día 24 inicios de jubilación. Si solo se toman los casos de una sola UDAI, resultan 480 personas que no han podido iniciar su jubilación desde el inicio de la cuarentena. Y si se multiplica por la cantidad de UDAI que inician jubilaciones, resultan cerca de 10 mil personas que no han podido acceder a su derecho a jubilarse.

 

Así como la pandemia sorprendió al Gobierno Nacional, también Anses y Pami se vieron sorprendidos por la cuarentena. Demostración de ello es que ambos organismos, copados por La Cámpora, desvincularon por causas políticas y de manera irregular a cientos de empleados calificados días antes de la cuarentena. El resultado fue que al momento de declararse la cuarentena, la inmensa mayoría de las oficinas de Anses no tenían jefes.

 

Mucho se ha dicho y escrito ya sobre las responsabilidades y poco felices intervenciones de la Dirección Ejecutiva de la Anses durante la cuarentena, especialmente debería ser recordado el pasado 3 de abril que por falta de coordinación entre Anses y el Banco Central cientos de miles de jubilados se expusieron al contagio del COVID-19. No menos inocente es el accionar irresponsable de un sindicato sectorial de Anses, Secasfpi. Como muestra sirva un botón dice el refrán… el pasado 20 de abril Secafspi organizó una “charla abierta de formación política sindical” con Amado Boudou, el único ex Vicepresidente argentino de la historia condenado por la Justicia, actualmente cumpliendo arresto domiciliario. Flaco favor pareciera que La Cámpora, agrupación que controla Anses y Pami, le hace al Presidente.

 

El personal de la Anses está capacitado para hacer frente a esta emergencia. Las oficinas pueden abrir sus puertas siguiendo los protocolos de seguridad para resguardar tanto a los trabajadores como a los beneficiarios. Y es la Dirección Ejecutiva quien debe garantizar que se cumplan los protocolos, se provean elementos de protección sanitaria (barbijos o cubre bocas, alcohol en gel, etc), se acondicionen las oficinas que no cumplan con las condiciones se seguridad sanitaria y se contemplen excepciones para aquellos trabajadores que integran población de riesgo.

 

Con esas condiciones, la Anses debería ser declarada actividad esencial y podría brindar atención personalizada con un esquema de guardias mínimas, solo con turnos espaciados y limitando la oferta de atención.

 

Existe un juicio erróneo y generalizado sobre el trabajador de la Anses. Es personal altamente capacitado, de una profunda vocación pública y compromiso con el prójimo. Alguien ha resuelto, basado en un criterio que se desconoce, que esa fuerza no se sume a los esfuerzos de tantos otros para ayudar a los argentinos que más lo necesitan.

 

Un referente del periodismo simplificó de una manera brutal  y cruda lo que los argentinos estamos transitando: “barbijo sí, mordaza no”.

 

La Anses es de todos. No es parte de un botín, cual piratas y corsarios en tiempos de desgobierno.

ANSES FUNCIONAMIENTO OPINION
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