Si bien el hecho se produjo varios días antes, la Municipalidad de Esperanza se hizo presente en el lugar el día que la novedad apareció en los medios de comunicación, es decir el 18 de setiembre.
Allí el Asesor de Ana Meiners en materia medioambiental tomó muestras y las envió a la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia.
Constataron que el caño pertenece a la planta de tratamiento de efluentes local, que no se trata de una conexión clandestina de efluentes y que efectivamente se trata de un caño roto.
El comunicado oficial que difundió la Municipalidad de Esperanza se hizo público recién en la tarde del lunes, es decir casi una semana después del hecho e indica textualmente:
Con relación al volcamiento de efluentes a las aguas del Río Salado en jurisdicción de esta ciudad, el asesor ambiental de la Municipalidad de Esperanza, Ing. Mauricio Lisa, informa que efectivamente el 18 de setiembre se procedió a la constatación de la interrupción de la cañería de transporte de los líquidos ya tratados y de descarga al río, del Consorcio para la preservación de la Ecología, correspondientes a efluentes tratados de varias empresas de la ciudad.
El área de Saneamiento procedió inmediatamente a labrar las actas correspondientes, tomar fotografías, realizar los informes técnicos y tomas de muestras de los líquidos que ya fueron enviados a laboratorio para su análisis.
También procedió a notificar a la autoridad de aplicación correspondiente, es decir la Secretaría de Medio Ambiente Provincial para que inicie inmediatamente las acciones pertinentes, enviándole copia de todo lo actuado por este municipio.
Cabe aclarar especialmente que la cañería en donde se produjo la rotura, no corresponde a una conexión clandestina, sino que es efectivamente parte de la infraestructura del Consorcio que cuenta con la correspondiente autorización de la Secretaría de Medio Ambiente Provincial para su funcionamiento.
