La obra que aún no está terminada sufre el daño de la comunidad. Macetas rotas a patadas y hasta plantas robadas se puede comprobar semana tras semana.
La obra de avenida Rafaela entre Amado Aufranc y Avenida Los Colonizadores ya tiene demarcado su cantero central con pretiles y macetas, aunque muy pocas queden enteras.
Jóvenes y no tan jóvenes pasan en motos, bicicletas o caminando y patean las macetas rompiéndolas y causando un importante deterioro al lugar y un alto costo de reposición.
A la obra le falta aún la instalación del sistema de alumbrado y la habilitación de las dársenas de estacionamiento en 45° sobre el Parque de la Agricultura, pero el permanente dinero invertido en mantener lo público demora la inversión final.
Quizás las nuevas autoridades del área de Obras Públicas encuentren una solución en la instalación de otros elementos que cumplan el mismo objetivo.
Deberíamos preguntarnos si nos merecemos una ciudad embellecida si somos nosotros mismos, uno de los nuestros, un vecino nuestro, el que la rompe. La sociedad somos todos y así estamos.
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