Se realizó este domingo el acto oficial por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Fue en el espacio creado en el Parque de la Agricultura para recordar a los esperancinos muertos o desaparecidos en tiempos de represión militar.
Del acto participaron la Intendenta Ana Meiners, integrantes de su gabinete, los concejales María Rosa Theler, Andrea Martínez, Pablo Comesatti y Eduardo Kinen. Además familiares de las víctimas del terrorismo de Estado, representantes de los establecimientos educativos, autoridades policiales y de instituciones intermedias.
Todos los años en esta fecha, se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en recuerdo de quienes resultaron víctimas de la dictadura cívico-militar que gobernó el país a partir de 1976. El conocimiento y reflexión sobre aquellos acontecimientos que aún nos avergüenzan como sociedad, evita que se repitan y contribuye a enriquecer la memoria y la dignidad de los pueblos.
Por eso, y aunque parezca reiterativo, vale la pena recordar y explicar, en particular a los más jóvenes, que el 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado cívico-militar derrocó al gobierno constitucional de entonces, e instaló en nuestra Patria un gobierno de facto a cargo de una Junta Militar que se atribuyó la suma del poder público, se arrogó facultades extraordinarias y en el ejercicio de esos poderes ilegales e ilegítimos impuso la dictadura más sangrienta de la historia nacional: persiguió, torturó y asesinó a miles de argentinos; disolvió el Congreso y los partidos políticos; dictó normas por encima de la Constitución; prohibió la actividad sindical; anuló la libertad de expresión y devastó la economía nacional.
En esos trágicos años de Terrorismo de Estado se aplicó un plan coordinado y sistemático de exterminio y represión generalizada, con un costo humano minuciosamente calculado, que sometió a miles de personas al secuestro, a la tortura o a la muerte.
No se trataba de excesos ni de actos individuales. Aquello fue un plan criminal, una acción institucional diseñada con anterioridad al 24 de marzo y ejecutada desde el Estado mismo bajo los principios de la doctrina de la Seguridad Nacional que imperaba entonces en el continente. Por eso, y desde entonces, usamos la expresión “Nunca Más” cada vez que nos referirnos a ese período oscuro de nuestra historia.
Hoy, sabemos que los golpes de Estado padecidos por los argentinos, a lo largo del siglo XX escribieron una larga, tenebrosa historia y que nunca constituyeron meros episodios solo protagonizados por militares. Poderosos intereses económicos cuya representación ha sido y es minoritaria, trabajaron incansablemente para deteriorar las instituciones democráticas y facilitar el atropello final a la Constitución.
Contaron, también, con el aporte de diversos sectores poderosos de la sociedad, de la clase política argentina y de la ciudadanía; así como de particulares factores culturales, del aporte de distintas concepciones del mundo que encarnaban diversas ideologías, de los medios de comunicación y de muchas instituciones que, privilegiando sus propios intereses a los de la mayoría, nunca toleraron el principio rector de la soberanía popular.
El golpe de Estado y la dictadura militar fue una gran tragedia para el país; su ejecución, repito, no fue solamente una responsabilidad castrense; también fue de los sectores dominantes de la vida económica y cultural, que contribuyeron a construir esa Argentina sometida a una estrecha, mezquina y explotadora concepción del mundo.
Estas cosas nos pasaron en la historia reciente, y sus consecuencias -muchas de las cuales- todavía subsisten, nos continúan interpelando como sociedad, y por eso, como un humilde aporte desde el lugar que nos toca, creemos que el ejercicio cotidiano de la Memoria, la Verdad y la Justicia, no son sólo una fuente para entender y cicatrizar las heridas de la historia y dejarlas simplemente guardadas en el pasado.
La Memoria, la Verdad y la Justicia son el indispensable impulso moral, una necesidad ética y política, y un deber de todas aquellas sociedades, que pretendan vivir con dignidad su presente y su futuro.
Por eso estamos hoy, aquí, reflexionando, compartiendo el recuerdo y la memoria. Esperanza también está ligada a esta etapa de la historia argentina. Algunos de nuestros mejores hijos, junto a otros circunstancialmente ligados a la ciudad por razones de estudio o trabajo, integran esta triste nómina.
A todos ellos nuestro mayor homenaje.
Galería de Imágenes Prensa Municipalidad de Esperanza
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