La cantidad de chapa y perfiles colocados para "esconder" el Palacio Stoessel, brindarle protección a los que transitan y garantizar que lo que se caiga sea para adentro es impactante.
Cálculos realizados por profesionales consultados estiman un valor superior a los $ 35.000 destinados sólo para la construcción del paredón con perfiles y chapas de considerable tamaño.
Tan sorprendente como reconocer que quizás esa chapa era prioritaria colocarla en el techo para evitar que siga lloviendo en su interior. Después de semejante inversión las lluvias de febrero siguieron ingresando al histórico Palacio Stoessel hoy bajo propiedad municipal.
En julio del 2013 se compró el edificio y se anunció su "rápida intervención". Ocho meses después todavía no se finalizó el cerramiento del mismo para poder iniciar las obras y ante la utilización del sentido común se advierten que las prioridades anunciadas a mediados del año pasado, todavía no pudieron concretarse.
Ayer, mientras fotografiábamos el lugar y advertíamos la colocación de semejante paredón de chapas vecinos y automovilistas no ocultaron sus opiniones. Dos conductores de vehículos pidieron rápidamente la colocación de un espejo porque con las chapas colocadas en la esquina de Belgrano y Lehmann ya no se advierte que vehículo llega al lugar desde la otra arteria.
Un vecino nos consultaba si con el paredón construido se podría volver a estacionar en ese lugar de calle Belgrano aunque quizás no sea prioritario. Otro le puso ironía al paredón: "no importa el Palacio, ahora van a tener lugar para pegar carteles durante varias campañas políticas".
Mientras todos opinan y lo observan inmenso y admirable, el histórico edificio sigue su deterioro sin freno.
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