La intendenta que administra un presupuesto cercano a los 100 millones de pesos para este año y que personalmente cobra unos 30 mil pesos mensuales, pidió juguetes en donación para entregar en tiempos de Reyes Magos a los niños de la ciudad.
Lo hizo como un instrumento de atracción y promoción turística que encaró el Área de Turismo de la Municipalidad de Esperanza. Sus secretarios del gabinete no aparecieron vestidos de reyes magos, pero lo curioso del hecho es que los mismos comercios a los que les cobra impuestos y los debe controlar, el estado municipal "mangueó" para hacer política.
Es lógico que la donación de los comercios fue "desinteresada", para "apoyar el crecimiento de la sociedad" y porque de este modo se "fortalece la interacción entre lo público y lo privado". Argumentos geniales para el discurso pero que se dan de frente con la lógica de una administración de estado.
El proyecto se denominó "Una Nueva Navidad Brilla en Esperanza" y nadie desde este espacio periodístico se manifestó en contra de la invitación a los niños para que escriban sobre el pesebre, los reyes magos y la navidad.
Sólo se critica con dureza la situación vivida por los comerciantes al ser "invitados a colaborar con el municipio" y que antes de confrontar y ser marcados como "no colaboradores"; decidieron donar un pequeño obsequio, como lo realizan a diario con otras instituciones.
No tenemos ningún compromiso en señalar que se trata de una gran contradicción que el municipio sea el "manguero" de donaciones para que después la intendenta se fotografíe entregando esas "colaboraciones".
La comunidad de la ciudad, la región y la provincia evaluará si eso sirve para atraer el turismo o si se trata de un chiste de 'mediocres' y 'austeros' dirigentes.
j.z.