Semana a semana podemos ver las publicidades en los medios de comunicación de la ciudad. Clubes, cooperadoras, asociaciones, instituciones de bien público en general, invitan a participar de distintos tipos de actos benéficos entre los que se destacan los famosos bingos con la única intención de sumar unos pesos a su causa que no es otra que ayudar y colaborar a solventar los gastos de una entidad intermedia.
En Esperanza el número de estos encuentros es cada vez mayor. Por otra parte se registra una extensa variedad de actividades solidarias como la venta de pollo o de empanadas o las rifas de todo calibre que son muy útiles para juntar unos mangos con vistas a refacciones edilicias o simplemente para ayudar a las personas que menos tienen.
La proliferación de este tipo de recursos para contar con unos pesitos demuestra que el panorama está lejos de ser la mejor. En una situación de permanente crisis las entidades deben agudizar su ingenio para sobrevivir. Una vez más estamos ante la ausencia del Estado que deja librado al azar a clubes, asociaciones civiles y a las instituciones intermedias en general cuyo rol es fundamental en la cadena social.
PARA TODOS LOS GUSTOS.
Si hablamos de bingos a beneficio podemos decir que su número aumento considerablemente en los pasados 3 años. Todas las semanas escuchamos de la realización de, pizza bingo, té bingo, mate bingo, hamburguesa bingo entre otras variantes que convocan a cientos de personas que pasan un grato momento y a la vez colaboran con una institución.
La cantidad de eventos que mes a mes se concretan en la ciudad juega a su vez en contra de las posibilidades de hacer buena recaudaciones debido a la saturación del mercado, las familias no tienen presupuesto para ir todos los fines de semana a un bingo en tal o cual club.
“La gente se cansa de comprar tarjetas por un lado y de organizar los bingos o la pollada por otro”, nos decía un activo dirigente de una conocida institución de bien público.
“De todas maneras no tenemos muchas opciones, hay que hacerlo o hacerlo, sino nos quedamos sin recursos, los fondos no llegan ni de la Nación, ni de la Provincia y menos de la municipalidad. Sabemos que esta dura la mano pero seguimos adelante”, agregó.
Otro referente de una institución local nos comentaba que la ayuda estatal es casi nula, “secretaría de Cultura y Deportes en una oportunidad nos ofreció simplemente la impresión de los tickets de la entrada no los cartones con los que se juega”.
Una muestra más de la falta de solidaridad de un ente público a pesar de la cantidad de asesores que se encuentran en esa área. Tal vez estemos ante una política de Estado en donde se deja de lado todo presupuesto destinado a apoyar el esfuerzo de las instituciones ¿Ejecutan lo que viene de arriba o se mueven de manera independiente? ¿También se fijan si tal o cual entidad está manejada por un radical o un peronista?
De todas maneras el esfuerzo solidario de la comunidad se mueve por encima de las mezquindades políticas. Semana a semana cientos de personas dejan de lado su descanso de sábado o de domingo para colaborar y juntar unos pesos que tendrán el mejor de los destinos. Mientras que otros se sientan a jugar y a compartir un grato momento con la sana intención de ayudar.
Fuente: Edición Uno Domingo