Incoherencias del gobierno en tiempos de pandemia. Es cierto que la gente no obedece las restricciones de circulación ni le presta atención a la continuidad de los "decretos de convivencia" pero algunas disposiciones afectan la vida de los clubes de la región.
Por estas horas los dirigentes de Liga Esperancina de Fútbol analizan comenzar el fútbol desde el próximo fin de semana y dejar a los clubes afiliados que "negocien" con sus jefes comunales e intendentes la "libertad" para que ingresen espectadores a los estadios que son el sustento para mantener la actividad.
Esta situación se da ante la locura de la normativa vigente que no permite que la gente ingrese a un estadio de fútbol al aire libre pero sí pueda participar de una fiesta "con protocolos" en un salón cerrado.
Ante la desesperación de los clubes deportivos, muchos dirigentes federados no encuentran respuestas en el área de deportes de la provincia y se cansaron de golpear puertas. Otros dejan que suceda la desobediencia a las normas al sentirse desairado por las autoridades.
Mientras el fin de semana que pasó tuvimos en Esperanza la reapertura de lugares bailables con formato de comedor, almuerzos sociales con orquestas de baile y cumpleaños de quince; los clubes deportivos de fútbol, básquet, hockey o rugby deben abrir las puertas de sus estadios y dejar a padres y simpatizantes afuera porque así lo establece el último decreto de Omar Perotti.
Ya vendrán los funcionarios "con cara de preocupación" a explicar que les giran dinero a los clubes a modo de dádivas para que puedan pagar la energía eléctrica. Ya saben los dirigentes que sólo lo cobrarán si tienen la personería en orden, aunque la administración del propio gobierno casi no atienda esos trámites.
Lo que no entienden los funcionarios es la gran fuga de los niños y jóvenes deportistas que ante tanta dilación en decisiones, limites, protocolos y normativas perdieron la alegría del juego, la felicidad del crecimiento deportivo, la motivación a los logros. Ya no van chicos a practicar deportes y los clubes organizan amistosos "sin público" para sostener las ganas de jugar.
A pesar de los funcionarios de gobierno, los clubes deportivos siguen realizando un gran trabajo social, por momentos de tanta importancia sanitaria como la del personal de salud.
No estamos pidiendo que cierren comedores, pubs o salones de fiestas sociales. Estamos pidiendo coherencia y sentido común. Hoy Perotti le dice SÍ a las fiestas y no al público en una cancha de fútbol. Increíble.
Después se preguntan porqué la gente insulta o ya no escucha a los políticos o porqué resulta tan difícil renovar una comisión directiva de una institución intermedia. Es la empatía, esa materia tan escasa en quienes nos gobiernan.
j.z.