Por José Zenclussen
Para llegar a obtener la categoría 5, irrecuperable, incobrable en el sistema VERAZ, el deudor debe esforzarse. No sólo no pagar por varios meses las deudas asumidas sino además deberle a más de un banco, comercio o institución.
Ni las financieras más audaces le entregan préstamos a quien está con esa lamentable “medalla”.
Salir de esa calificación lleva varios meses y a veces años, casi los mismos tiempos que lleva ir aumentando la calificación negativa a un deudor que empieza siendo señalado con el “uno” y si no se pone al día va creciendo su reputación.
Increíblemente ningún resorte jurídico ni político de la Municipalidad de Esperanza pudo resistir la decisión de Rodrigo Müller de avanzar con la entrega de una casa “a pagar” a un vecino de Esperanza que aún hoy está en categoría de Irrecuperable por el Banco Central.
A las 9 de la mañana de este jueves vendrá la foto, las sonrisas y los aplausos. “Estamos cumpliendo nuestra promesa de campaña de brindar soluciones habitacionales a los vecinos de la ciudad” dirá el intendente y su gabinete aplaudidor de turno lo rodeará de loas y sonrisas de grandeza. También los beneficiarios y entre ellos, el deudor irrecuperable.
La denuncia de un valiente vecino advirtió que se estaba cometiendo un error y ni la directora del INMUHA Micaela Nagel ni el Intendente Municipal Rodrigo Müller, salieron a aclarar la situación.
Por suerte esta gestión tiene una Secretaria Legal y de Control Institucional, pero parece que a la abogada Samira Cobos también “se le escapó la tortuga”.
La respuesta al vecino que denunció la situación la firmó la propia Cobos que entendió en el caso en base a “un exhaustivo análisis” por parte de la abogada Luna. La profesional contratada por el Instituto de Hábitat entendió que el haber pagado la deuda después del sorteo y aún hoy continuar como irrecuperable, no es infracción suficiente. Ahora el beneficiario es bueno, es bueno de verdad, porque lo dicen los funcionarios locales y no el Veraz del Banco Central.
No podemos asegurar que el beneficiado por tanto empeño y exhaustivo análisis, sea un militante del radicalismo local. No importa su nombre.
Müller, Cobos y Nagel administran dineros públicos con diferentes responsabilidades. ¿Qué pasa si el beneficiario de la casa que llega con la medalla de deudor irrecuperable no paga las cuotas? ¿Ellos se harán responsables?
Una buena forma para hacerles sentir el riesgo al cual someten a las arcas públicas, sería que coloquen sus sueldos como garantes del deudor irrecuperable, que desde hoy también nos debe a los esperancinos. La propuesta suena a humorada, pero pondría las cosas en su lugar.
¿Qué está pasando en la décima ciudad de la provincia si la estructura de administración y control de los fondos públicos en el municipio no es capaz de evitar esto? Nos enteramos porque un vecino lo denunció públicamente y quizás hoy se manifieste en el acto para expresarle el error a Müller, Cobos y Nagel.
“¡Viva el intendente!” gritará el deudor con la llave de una vivienda en su mano… “Que injusticia, que impotencia” pensará entre lágrimas, una familia con unos carteles desde la vereda de enfrente en la más absoluta soledad, a pesar de haber hecho lo que tenía que hacer.
Mientras tanto, el político de turno se maquilla para la próxima entrevista televisiva donde hablará de hábitat, desarrollo y lotes prometidos en campaña. Un poco más tarde, ya bajando la vista, para que no se le corra el maquillaje, se animará a hablar de cuentas claras.
La vida sigue y la gente se olvida de todo, dicen los políticos en voz baja. ¿Será?