El consumo de droga se transformó en un flagelo social incontrolable para gobiernos e instituciones. Esperanza ya forma parte de siniestro mapa que se extiende incontenible. Anoche en el programa Sin Vueltas (Play TV) el pastor Jorge Buschiazzo, uno de los primeros en advertir públicamente el desmedido aumento en el consumo por parte de nuestros jóvenes señaló que “hace dos o tres años ya se podía ver claramente lo que sucedía en Plaza San Martín y además comenzaban a aparecer grupos de madres preocupadas por lo que sucedía con sus hijos. De todas maneras esto se fue dando de a poco y desde hace mucho tiempo aunque no en los niveles de estos últimos años”.
También reconoció que hay más controles pero sin dudas “el consumo de estupefacientes se extendió a niveles alarmantes”. Remarcó que “ahora hay más conciencia sobre el problema, pero durante años se ocultó o quiso tapar el tema, por lo tanto nos falta el ejercicio necesario para encararlo colectivamente”.
El religioso afirmó que “no hay claridad para combatir a la droga que sin dudas sigue creciendo en su consumo, además hay muchos intereses detrás, y por supuesto es un tema que excede al ámbito local, ni los gobiernos provinciales ni nacionales no tienen una decisión ni un plan para afrontar el problema”.
Agregó que “se discute sobre muchos temas pero en la agenda política el tema de la droga parece que no está en la lista. Sólo aquellos que la padecen ponen manos a la obra. Es decir no hay políticas claras para combatirla”.
Se mostró en contra de la despenalización, “se habla mucho de despenalizar el consumo porque no hay un proyecto claro para solucionar el tema, no podemos socializarla y después ver qué hacemos o qué resultado dio”.
Indicó también que las ONG trabajan y hacen lo que pueden, “también desde el municipio, desde el área social trabajan en materia de contención pero sabemos que la lucha es muy grande y es necesario que nos involucremos todos porque se trata de un tema muy complejo y los elementos que contamos son muy escasos”, aseveró Buschiazzo.
“El Estado se despreocupa de muchas cuestiones y deja la decisión en los individuos y esto puede ser peligroso para la sociedad”, señaló.
A la pregunta de qué falló para que nos encontremos en estos niveles de consumo el religioso indicó que “la respuesta no es tal o cual dependencia o tal o cual gobierno. No es sólo un estamento. Sin dudas el Estado tiene más responsabilidad porque debe velar por todos nosotros, pero insisto que ante la complejidad del tema debemos hacer un análisis más profundo”.
Redacción Rubén Cofini - fotos Sebastián Vernazzza (Play TV)