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Locales

Día de la Memoria

La vuelta a la democracia terminó con la dictadura militar, pero sus objetivos políticos y económicos recién encuentran resistencia con la llegada del kirchnerismo.

 

 

 

Este 24 de Marzo se cumplen 36 años del golpe de Estado y en conmemoración de las víctimas de la última dictadura militar se  recordará como el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. No es un feriado más, es un día de reflexión colectiva, al menos esa fue la intención de  Néstor Kirchner cuando lo impulsó.

 

Esa dictadura dejó más de 30 mil desaparecidos, miles de muertos, la sustracción de bebés de sus madres en cautiverio,  el robo de las pertenencias de sus víctimas, y utilizó esa estructura de terror, para forzar negocios que beneficiaron al círculo de poder que asaltó el gobierno. (Papel Prensa es el ejemplo más visible pero existen muchos más).

 

No olvidar ese pasado, promover la justicia y la búsqueda de la verdad es imprescindible  para construir un futuro sobre bases sólidas. No es el olvido lo que repara y reconcilia, como solemos escuchar aún en estos días, sino la justicia.

 

Pero hay algo más que la tragedia, y es reconocer los objetivos políticos del golpe militar del 76.

 

 

 

Mirar el pasado aclara el presente

 

 

 

La llegada del peronismo la  vida política de la Argentina y sus 10 años de gobierno (1945-1955)    habían instalado fuertemente  en la conciencia del pueblo argentino la idea de Nación, el anhelo siempre presente  de  un camino independiente, tanto en lo económico como en lo político. Las intenciones pro imperialistas del golpe de 1955 y  los  gobiernos civiles y militares que se sucedieron hasta la vuelta de Perón, se chocaron con 18 años de resistencia de esa conciencia popular, que se expresaba en los trabajadores y a la que luego se sumaron amplios sectores de la clase media,  en especial jóvenes, artistas e intelectuales. El marcado autoritarismo de esos años, las proscripciones, las persecuciones, generaron un clima de violencia,  que el regreso de Perón en el ‘73 y su muerte  a pocos meses de asumir la presidencia no pudieron contener.

 

Las limitaciones del gobierno sin Perón, las desinteligencias del campo popular y la intencionalidad de sus históricos enemigos, crearon las condiciones para un nuevo golpe militar.

 

 

 

En nuestra historia hubo varios Golpes militares pero el del ’76 fue distinto a todos.

 

 

 

Lo que no se realizó en  la “Revolución Libertadora”  de 1955 y en los 18 años de resistencia debía hacerse ahora.  Era preciso desterrar definitivamente esa idea de Nación y era el momento de abandonar para siempre esa economía, proteccionista,  regulada, del 50% del PBI para el trabajo y el 50 % para el capital,  para dar paso a los mercados y a las teorías  del FMI y a los intereses financieros internacionales y sus aliados locales. Con el Líder muerto y  el terror “ejemplificador” creador del miedo y el silencio, era posible.

 

 

 

Las victimas nos duelen, pero el daño fue mayor.

 

 

 

Las violaciones a los derechos humanos de la dictadura del ‘76 nos golpean como sociedad y nos duele en el dolor de los familiares y amigos de las víctimas. Pero esas atrocidades fueron realizadas con un fin superior que fue lo que trajo más sufrimiento al pueblo argentino  y que castigó a millones de seres humanos: la miseria planificada en su política económica que nos ató a la deuda externa más exorbitante de nuestra historia.

 

 

 

El neoliberalismo de la democracia profundizó lo iniciado con la dictadura

 

 

 

En la etapa democrática (más allá de la buenas intenciones de Alfonsín) con el neoliberalismo,  se profundizó la misma política de la dictadura que condenó al desempleo y a la pobreza a millones de argentinos y culminó con los cacerolazos de 2001/02.

 

 

 

Volvió la idea de Nación

 

 

 

La llegada de Néstor Kirschner al gobierno es sin duda un punto de inflexión. Dijo que no dejaría sus principios en la puerta de la casa rosada y empezó a realizar lo opuesto a lo que se venía haciendo y pasamos de la Argentina postrada en las manos de  los organismos financieros internacionales, a la de la Latinoamérica integrada en la Unasur y  la reivindicación de Malvinas, la del apoyo a la industria nacional, del desarrollo de nuestra cultura, de la fuerte participación del Estado, de la creación del trabajo y atención a los derechos de los trabajadores, de la inversión en infraestructura y en educación , de la repatriación de científicos.

 

Sin dejar de preocuparnos por todo lo que falta, debemos valorar y cuidar lo que tenemos.

 

Esta  Argentina de hoy,  se corresponde con esa conciencia de Nación, ese camino independiente que la dictadura más sangrienta de la historia,  no pudo destruir en el alma del pueblo  “A pesar de los muertos, los desaparecidos…no nos han vencido”.

 

 

 

 

Carlos Zelko

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