El contador Carlos Correa analizó la realidad económica con los vaivenes del dólar en los últimos días, y habló de las perspectivas para el fin de año.
En diálogo con la CSC Radio, Correa indicó que “si se compara el valor del dólar –que este jueves era de 361 pesos en Esperanza- con los 208 pesos con que cerró el 31 de diciembre del año pasado es algo más del 70% de variación en el año, no llega al 75%; y si se lo compara con los 166 pesos que cerró el 31 de diciembre de 2020 –hace dos años- solamente es un 116%, lo cual no es tanto si se tiene en cuenta que la inflación de solamente un año fue prácticamente del 100%. Esto quiere decir que el dólar libre viene todavía muy retrasado”.
“No me llama que el dólar libre este en estos valores, y el problema sigue siendo la brecha que hay con el dólar oficial que está en la mitad, y que es el que reciben los exportadores cuando venden sus productos al extranjero, y eso obviamente provoca una distorsión impresionante”, definió.
En el mismo sentido, apuntó que “180 pesos es el supuesto valor que pagan los importadores pero ya saben que no hay dólares a ese precio y por eso han aumentado de una manera escandalosa los precios de los productos importados, sean insumos o sean bienes finales, porque ese dólar de 180 es un mamarracho que no existe”.
[Locales] Otra jornada de aumento de la cotización del dólar en todo el país https://t.co/XZGhTAyd6k
— Esperanza DiaxDia (@EsperanzaDxD) December 27, 2022
“Toda esta distorsión la trajo aquel cepo que se hizo, que siguió con el dólar turista al que se llenó de impuestos, y después el dólar soja, el dólar importación, el dólar exportación para determinados productos y así vamos hacia la incertidumbre total, que deriva en que nadie sabe cuánto vale qué. Y en el medio está la gente que la está peleando en este diciembre. La verdad que Argentina es el reino de la incertidumbre”, analizó.
En este marco, adelantó que “enero y febrero van a ser meses más sinceros de los problemas que trae la altísima inflación y que va a traer aparejada una caída del consumo muy importante, que se ve desde agosto en los bienes durables y semi durables, y ya se vio desde noviembre en los productos de consumo masivo en supermercados y grandes cadenas, lo que marca a las claras que no es algo estacional sino que a la gente en general no le alcanza más el dinero”.
“Los precios han subido por el ascensor y los salarios van por una escalera empinada que demora mucho más en recuperar lo que el poder adquisitivo pierde por el aumento de precios generalizado. De este modo, el año que viene seguramente va a ser muy difícil y va a estar caracterizado por una inflación que pueda ser un poco menos a la de este año”, refirió.
Asimismo, planteó que el 2022 “fue un año que prácticamente se perdió porque no hubo una recuperación económica, no se hicieron las cosas que se debían hacer para alentar la producción y el aumento del trabajo formal que está estancado desde hace años”.
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