Para los amantes del trail y para los que decidieron sumarse esta vez a la movida, la lluvia y el barro fueron variables que entregaron una oportunidad diferente al desafío.
Más de 80 participantes pudieron recorrer las diferentes distancias por un nuevo recorrido con senderos muy atractivos propios de paisajes de cualquier lugar del mundo.
La movida se inició con la inscripción y las recomendaciones de los organizadores por la hidratación, el recorrido y las distancias. Esta vez llegar al puente de hierro sobre el Arroyo Cululú fue posible para quienes aceptaron correr 21 km.
Cada uno de los participantes entregó su donación de leche para ser donada a instituciones de bien público y se explicó que este deseo de «volver a las fuentes» y reiterar la organización similar a la vivida en la primera edición, buscó la posibilidad de compartir mucho más anécdotas y recorridos entre los organizadores y los participantes.
Fue «una edición que quiso volver a las raíces, donde divertirse y practicar este hermoso deporte entre amigos, sea lo primordial» dijeron los organizadores y vaya si lo lograron.
«A pesar de las condiciones del tiempo y del poco tiempo de convocatoria, hoy volvimos a sentir que tenemos un grupo maravilloso de personas que nos acompañan a pesar de todo», agregaron.
Aquí algunas imágenes gentileza Ariel Pilatti
