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Deportes

Unión tiene Esperanza

Hay momentos donde las palabras juegan con el destino, y el destino con la historia.

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Nicolas Vazzoler Crédito: Diario Uno Santa Fe
Ariel Aiello

Por Ariel Aiello

(Por Ariel Aiello) - Hoy, cuando Unión atraviesa una etapa de búsqueda y reconstrucción, una frase cobra sentido desde lo futbolístico, pero también desde lo simbólico: Unión tiene Esperanza, la Esperanza llegó a Unión.

Nicolás Vazzoler, nacido en la ciudad de Esperanza, asumió como director técnico interino del primer equipo tatengue. Pero no lo hace solo: lo acompaña un cuerpo técnico íntegramente vinculado a su ciudad natal. Su hermano, Francisco Vazzoler, exdelantero del club, es el ayudante de campo.

Además de su paso por la Primera de Unión, viene de dirigir a la Selección de la Liga Esperancina y a Juventud de Esperanza. Completa el equipo Matías Trionfini, el preparador físico, con experiencia también en la selección de la liga y en Juventud.

El debut de este trinomio fue en la noche de este viernes, con un empate 1 a 1 ante Newell’s Old Boys en el estadio 15 de Abril. Un punto que sirve como punto de partida para una etapa que busca no solo resultados, sino reconstrucción.

No es casualidad. Es causalidad. Porque Esperanza siempre le dio a Unión más que jugadores. Le dio identidad, compromiso, humildad y talento.

Matías Donnet, campeón del mundo con Boca, debutó en Unión y dejó su sello.

Horacio Humoller, parte del histórico ascenso del ’89.

Cristian Favre, símbolo de lucha en el medio campo.

Ezequiel Lezcano, que supo representar a Unión en Paraguay y el ascenso.

Mariano Gómez, zaguero con presente en el fútbol suizo.

Leonel Bucca, con gran competencia en el fútbol portugués.

Cristian Wernly, defensor con recorrido internacional.

Germán Peirotti y Diego Maier, exponentes de una camada que llevó el nombre de Esperanza a lo más alto.

Mauro Maidana, capitán y ascenso reciente con Independiente Rivadavia.

Hoy, con este cuerpo técnico, la Esperanza volvió a Unión. En el sentido más literal, pero también en el emocional. Porque en el fútbol, como en la vida, hay señales que valen más que mil palabras. Y tal vez, en este momento complejo, lo que Unión necesita no sea un milagro, sino justamente esto: volver a creer. En lo propio, en lo cercano, en la raíz.

Y ahí está Esperanza, siempre presente.

OPINION NICOLAS VAZZOLER
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