Romina Imwinkelried acaba de escribir una página más, ésta de oro puro, en el libro de los laureles de la natación del Club Atlético Libertad.
Histórico, sorprendente, grandioso y etc, etc, etc… imposible de describir tantos adjetivos cuando alguien se mete en el bolsillo a tanta gente que no deja, que no para de felicitar, el logro conseguido por ella. Meritorio al 100 % desde todo punto de vista.
Si cuando clasificó para la Santa Fe – Coronda no magnificó en su cabeza lo que estaba por competir, imagínense ahora, que pudo completarla en una prueba que le demandó 9 horas, 31 minutos y 5 segundos. Fue séptima en la general de mujeres y primera santafesina en tocar el pontón de llegada.
“La decisión era toda mía, la de presentarme a correr, en la clasificación previa me había sentido muy bien pero estaba un poco presionada, por un lado, tenía muchas ganas de participar pero por el otro, no quería apurar mi debut en el circuito”, recuerda la nadadora.
Allí están las decisiones y ahí encontramos las convicciones, de subirse al sueño de querer ser o al arrepentimiento posterior de lo que pudo haber sido, por las dudas, la “Romi” metió primera y quiso ser. No se confundió en absoluto.
Cinco días que quedarán en el recuerdo, en lo más profundo de su retina, porque fue “su momento” para esta nadadora de 19 años. Cinco días, si contamos el sprint que se desarrolló el jueves, previo a la carrera, con algunos de los nadadores que serían luego, parte de la competencia oficial del domingo y aquellos promocionales, las promesas que vienen en la natación, donde estuvieron Olivia Carrizo, Erika Yenssen, Delfina Franzen, Mauricio Eggel y Martín Grossi, nadadores también, del Club Atlético Libertad.
Luego, las fotos, las presentaciones, las notas y la coronación del lunes, posterior a la maratón, para vivir esa sensación única, de sentirse parte de algo inmenso y de guardar en el recuerdo personal, postales con grandes tiburones del agua como el búlgaro Petar Stoychev o nuestro argentino Diego Degano.
“Cabeza, Cabeza”, palabras de su entrenador y guía, Cristhian Primón, en la “competencia más linda del mundo”, indicaciones y gestos cuando justamente el cerebro, empieza a tomar cartas en el asunto; si el cuerpo comienza a flaquear, allí estará la razón para decirle: “si hasta acá llegaste, ahora la vamos a terminar”.
Momentos bravos, los hubo, el viento soplaba fuerte y había que remar duro con esos brazos, pegándole fuerte a esas olas que se armaban en distintos puntos de la carrera, instantes complicados en la mitad de la competencia, pero allí estaba la cabeza de Romina: “ver a tanta gente que me apoyaba y aplaudía, fue el click para el propósito de terminar la maratón”
“Mi verdadero objetivo fue cumplir con la carrera, fue muy emocionante llegar a la costa corondina y ver a tantos conocidos que te esperaban, mi familia, amigos y un montón de personas de San Jerónimo Norte que estaban allí por vos”, nos cuenta Romina.
Y ahora, el orgullo de una comunidad que no para de felicitarla y apoyarla, de mandarle mensajes en redes sociales y tomar ese pedazo de logro deportivo para gritar a los cuatro vientos, con sentido de pertenencia: “yo soy de acá”.
Romina, el pueblo te aplaude, será cuestión tuya y seguro que así será, que todas esas palmas sigan enrojecidas.
Fuente y fotos: Federico Walker / Federico Nelli - Valeria García.