Segundos después del final del partido donde la Selección Argentina de Fútbol venció a Bélgica se escucharon las primeras bombas, más tarde las bocinas de autos y motos para que finalmente los cánticos, bombos, platillos y bombas de estruendos se apoderaran del festejo en el céntrico paseo esperancino.
La Policía Municipal y el Comando Radioeléctrico montaron un operativo especial con corte de tránsito que impidió el ingreso de autos y motos a la céntrica esquina de Sarmiento y Aaron Castellanos. La correcta medida hizo que los peatones celebren en un lugar y quienes prefirieron celebrar desde los automóviles a pura bocina y banderas, también puedan hacerlo en el resto de la plaza.
La pasión del mundial provocó cánticos, alegrías compartidas y mucho cotillón celeste y blanco. Fue sin dudas el festejo más importante de toda la copa en cantidad de público.
Aquí parte de los gritos y cánticos en la jornada del sábado, minutos después de terminado el partido.
La fiesta se prolongó hasta las 17 aproximadamente, cuando el frío y el fuerte viento sur "invitó" al público a buscar protección en otros lugares.
Si bien futbolísticamente todo el público argentino espera un poco más del funcionamiento del equipo, llegar nuevamente a semifinales provoca una gran alegría en la comunidad y esto es sin dudas un factor de unión de todos los argentinos.
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