El comunicado enviado por la Liga Esperancina de Fútbol indica textualmente:
"Tras los hechos vividos el pasado fin de semana, las autoridades de la L.E.F. llamaron a todos los presidentes de las instituciones para celebrar una reunión urgente, con el objeto de considerar entre todos un tema por demás de preocupante, mas aún por la altura de las competencias y las repercusiones que poseen.
La convocatoria fue en la noche del miércoles, tras la habitual reunión semanal de Mesa Directiva y Comité Ejecutivo, alcanzándose un porcentaje casi perfecto de asistencia de las entidades afiliadas, ya que asistieron 25 de los 26 convocados.
Todos absolutamente repudiaron los hechos sufridos últimamente, por lo que tomó la dirigencia, de la Liga y los Clubes, el compromiso de trabajar en forma común con la intención de prevenir actos similares, erradicando a los violentos de los clubes y los espectáculos deportivos.
Se le solicitará al Tribunal de Penas que actúe firmemente ante los informes de hechos de esta naturaleza.
Todos los representantes de los clubes mostraron una manifiesta predisposición para actuar de inmediato, respaldando el accionar de las autoridades de la Liga Esperancina de Fútbol.
Finalmente se firmó un acta acuerdo, fijándose una acción común entre todos los participantes que son en definitiva los protagonistas que llevan adelante a las instituciones y las competencias de fútbol en nuestro ámbito".
Acceda Aquí al documento rubricado por los clubes.
Los jueces no son los responsables de la violencia pero dentro de un campo de juego deberán contribuir con mayor profesionalismo a que no se generen hechos de esta naturaleza.
Un juez que pita desde el centro del campo de juego y muestra limitaciones en su estado físico, está mucho más propenso a cometer errores que exasperen al público. Un cuarto árbitro no debe ser un espectador privilegiado sino ejercer su rol. Profesionalismo arbitral es lo que debe exigir la entidad rectora del fútbol federado al momento de "ajustar clavijas" con cada uno de los estamentos que construyen el fútbol que tanta pasión despierta en la región.
Está claro que si un árbitro se equivoca no es responsabilidad de las autoridades liguistas, pero éstas deben exigir a sus contratados condiciones físicas y capacitación.
Celebramos la expresión pública de rechazo a los hechos de violencia, el respaldo político que tienen las autoridades liguistas para aplicar con todo el rigor las próximas sanciones pero marcamos la necesidad de recordarle a todos sus actores el compromiso de construcción compartida.
j.z.