El cerramiento provisorio – definitivo a las cuatro esquinas de Plaza San Martín solucionó en parte el problema de tránsito y bajó considerablemente los accidentes que se registraban en el lugar pero generó un nuevo problema: le impuso una barrera a personas con capacidades diferentes que para ingresar a Plaza San Martín deben hacerlo solo por las calles laterales y no por las equinas.
La imagen que acompaña esta nota muestra claramente esta situación discriminatoria.
Si bien el proyecto ganador que pertenece al estudio de arquitectura de Oreste Blangini soluciona este problema proyectando rampas entre la calle interna y externa, el mismo no fue puesto en marcha todavía a pesar que lleva 11 meses de haber sido consagrado ganador.
Lo curioso del más tragicómico ejemplo de inacción municipal es que desde el año 2010 la Intendenta Municipal Ana María Meiners creó por decreto el «Área de Inclusión para la Persona con Discapacidad» que depende de la Subsecretaria de Promoción Social de la Municipalidad de Esperanza.
A cargo de esa dependencia se encuentra el estudiante universitario y actual presidente de la Asociación Ayuda Niños Especiales, José Luna, quien fue puesto en ese lugar para cumplir con «el objetivo de promover la protección de la persona con discapacidad, haciendo conocer y respetar las diferentes normas creadas en su favor. Integrando y favoreciendo la coordinación con diversas redes sociales«, según expresa su decreto de creación – nombramiento.
Al momento de asumir en su cargo como empleado municipal, trabajo por el cual percibe varios miles de pesos mensualmente, Luna se comprometió a trabajar en la eliminación de las barreras arquitectónicas que discriminan a las personas con capacidades diferentes.
A pocos metros del despacho de José Luna está uno de los claros ejemplos de discriminación arquitectónica que no tuvo solución alguna a pesar de haberse creado un área específica para su integración, desde hace casi dos años.
Es lógico que AANE, la Asociación Ayuda a Niños Especiales, no plantee queja alguna a la gestión Meiners por ésta y otras barreras. Sólo vale recordar que en tiempos electorales uno de los tantos spot publicitarios con formato de difusión de gestión, hablaba de las bondades políticas del accionar justicialista municipal y lo tenía al propio presidente de la ONG poniendo el cuerpo en ese mensaje político.
41 meses después de su «creación provisoria» el cerramiento de las cuatro esquinas de Plaza San Martín sigue siendo un CORDÓN QUE DISCRIMINA a ancianos, adultos, jóvenes y niños, a pesar que muchos prefieren llamarse al silencio a cambio de billetes.
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