Las universidades públicas continúan funcionando con el presupuesto reconducido del año 2023, sufriendo los embates de los altos niveles inflacionarios que superaron el 200% anual. Si bien hubo trascendidos mediáticos de un posible incremento del 70% en las partidas, hasta el momento no hay información oficial y la incertidumbre reina en las gestiones de las diversas casas de estudio. En este contexto, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) no descartó la posibilidad de vender parte de su patrimonio para afrontar los gastos de funcionamiento.
“Con los fondos sin incrementos claramente no llegamos a cumplir todas las funciones que tendríamos que cumplir. A medida que pasa el tiempo tomamos decisiones, hoy estamos postergando algunas. Si bien hay partidas que no serán necesarias, hay otras acciones que no podemos dejar de hacer e implican la necesidad de conseguir fondos”, dijo Enrique Mammarella, rector de la UNL, por LT9.
“Esos fondos se consiguen por vías de aportes o sacándose de encima algún bien. Ya nos ha pasado, la Universidad ya ha tenido que vender en los 90 parte de su patrimonio para pagar facturas de energía eléctrica y segur funcionando”, ejemplificó.
Al ser consultado sobre si se podrían vender bienes de la institución para hacer frente a los gastos, Mammarella expresó que “llegado el momento se evaluará, son decisiones que toma el consejo superior”.
“Tenemos diversas alternativas, obviamente no quisiéramos dejar de tener ningún activo, pero tiene que ver con la responsabilidad de que la Universidad tiene que funcionar”, manifestó el rector.
Cabe recalcar que, pese a la crisis económica y los gastos que supone la educación terciaria a pesar de la gratuidad de los establecimientos, la matrícula en la UNL no tuvo una caída y logró mantenerse. Sin embargo, se vieron incrementados los pedidos de beca que otorga la UNL, de todo tipo: residencia, comedor, movilidad, y ayuda económica.
“Eso implica una preocupación, al no tener más fondos prorrogados muchas veces no podemos estar al nivel de lo que desearíamos”, admitió.
Con respecto a la posible fuga de cerebros debido a la crisis económica, Mammarella indicó que “la situación más compleja es con los jóvenes”.
“Universidades como las nuestras tienen muchos doctorados que a esta altura del año terminan recibiéndose y no hay proyección de seguir una carrera científica, y eso implica que tengan que buscar nuevos horizontes. Hoy no hay demanda en Argentina, son pocas las oportunidades”, lamentó el rector.