Es la realidad diaria de la ciudad que muestra colas de clientes aguardando ingresar a supermercados o locales comerciales que ofrecen variedad de alimentos.

La nueva modalidad en tiempos de pandemia nos muestra un paisaje al cual debemos acostumbrarnos con poco público en el interior de los comercios y otros esperando afuera para poder ingresar.

Cada uno de ellos con barbijos, manteniendo las distancias y respetando las indicaciones.

Algunos supermercados sostienen a un empleado sólo para higienizar las manijas de los carritos y las manos de los clientes. Otros disponen a su personal de seguridad para "administrar" la cantidad de público que ingresa. Otros no hacen reparos en esa situación.

Pollerías, pescaderías, fiamberías y carnicerías también muestran a sus clientes esperando en las veredas.

Una recorrida en la mañana del sábado 2 de mayo nos permitió observar este paisaje de comercios del rubro alimentos con importante movimiento comercial, contrastando con otros rubros que permanecen cerrados y son los que precisamente no tendrían "colas" en sus veredas.

Nuevo paisaje, nuevas costumbres y cuidados entre todos, el público y los empleados que hacen un gran esfuerzo para mantener la actividad.

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