En diálogo con la CSC Radio, Mario comentó que el objetivo de la charla fue “compartir un poco de mi experiencia como trabajadora social y mi trabajo en la Asociación Civil ABRA donde coordino las relaciones y redes interinstitucionales, con lo cual el objetivo fue movilizar de alguna manera que cada institución pueda sentirse identificada con aquellos primeros pasos que se pueden dar para hacer una identificación precoz de la problemática, de sus usuarios y sus instalaciones, y que podamos ver y pensar como promotores de salud desde las pequeñas o grandes acciones que se pueden hacer, en principio, al interior de cada institución y luego en coordinación entre ellas”.
Explicó que “hoy se entiende que el foco está puesto en la prevención, en la persona, en poder acompañarla en sus distintos procesos y se entiende que el objetivo de toda intervención, especialmente en salud mental, es mejorar la calidad de vida de las personas. El consumo problemático es un problema de salud mental, nos atraviesa a todos y lo importante sería poder construir entre todos cuales serían esos primeros pasos para que una persona no tenga que demandar una atención de tercer nivel como sería una internación”.
“Hay que empezar a visibilizarlo para no llegar a eso, porque además se hablaba siempre de sustancias ilegales pero hoy también tenemos los juegos en red, medicamentos, alcohol, tabaco y otras cuestiones que se nos están yendo de las manos. Entonces, cuando hoy se habla de consumos problemáticos la mirada supera a las sustancias ilegales, porque cualquier consumo, actividad u objeto que pueda impactar negativamente dentro de nuestro proyecto de vida puede ser considerado un consumo problemático”, sintetizó.
Respecto de la prevención, consideró que “hay que ver cómo se acompaña a las familias que hoy están desbordadas –y muchas veces desesperadas- y hay indicadores para empezar a ver desde las escuelas, donde se identifican situaciones de bulliyng, ausentismos, etc, y pensar cómo se acompaña a las familias que están criando un hijo con algunos inconvenientes. Uno de los factores de protección está en el diálogo, en poder tomar y construir herramientas de comunicación, que los chicos tengan lugar para practicar un deporte, música, arte, y que los padres tengan la posibilidad de enviar a sus hijos a esas actividades”.
“La idea es que las instituciones puedan identificar hacia su interior cuáles son esos factores de riesgo que se están evidenciando. Las instituciones son protagonistas pero en red son potencia, para evitar la fragmentación, y cuando más instituciones integran la red, es mucho mejor para instalar un abordaje más comunitario”, refirió.
Por último, comentó que “en la Asociación el paciente más joven tuvo 12 años y el más grande unos 80 y pico” y aclaró que “cuando se habla de consumo problemático también se abordan trastornos de la conducta alimentaria, que generalmente suelen ser mujeres pero también hay una población oculta masculina”.