FIESTA DE CORPUS CHRISTI
ATENCIÓN: 7 de junio festividad de CORPUS CHRISTI se suspenden las misas de :
Capilla San Pío de las 10:30 hs
Capilla San José Obrero de las 18:30 hs
Basílica de las 19:30 hs.
UNÁMONOS TODOS EN LA Santa Misa y procesión de Corpus Christi a las 16 hs. en BASÍLICA DE LA NATIVIDAD.
Del Boletín "Natividad":
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan vivirá para siempre» (Jn 6, 51)
Queridos hermanos:
La paz del Señor presente en la Eucaristía esté con ustedes.
Si Dios quiere el domingo 7 de junio estaremos celebrando la solemnidad del Corpus Christi. Es una fiesta en la que revivimos la primera Cena sagrada. Mediante un acto público y solemne, glorificamos y adoramos el Pan y el Vino que se han convertido en verdadero Cuerpo y en verdadera Sangre del Redentor.
La Iglesia sintió la necesidad de una fiesta adecuada, en la que se pudiera expresar más intensamente la alegría por la institución de la Eucaristía: nació así, hace más de siete siglos, la solemnidad del Corpus Christi, con grandes procesiones eucarísticas, que ponen de relieve el itinerario del Redentor del mundo en el tiempo. La procesión que se realiza al término de la santa Misa evoca con elocuencia el camino de Cristo solidario con la historia de los hombres.
La Eucaristía es nuestra Memoria viva. La Eucaristía, como recuerda el Concilio, "contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de vida, que da la vida a los hombres por medio de su carne vivificada por el Espíritu Santo. Así, los hombres son invitados y conducidos a ofrecerse a sí mismos, sus trabajos y todas las cosas creadas junto con Cristo" (Presbyterorum ordinis, 5).
Que la solemnidad del Corpus Christi nos lleve a vivir agradecidos con el Señor por haber querido quedarse entre nosotros, y nos mueva espiritualmente a desear profundamente el comerlo al menos cada domingo y acompañarlo en la adoración en la basílica y en los sagrarios en los que podamos visitarlo. El Espíritu Santo nos ilumine para que nunca dejemos de adorar y seguir al Señor de la Vida que, por amor a nosotros, quiso quedarse como alimento de eternidad.
Bendiciones en Jesús, María y José.
Padre Axel