Locales

El infierno de Simón de Iriondo

Hemos comentado en estas páginas en innumerables ocasiones los problemas derivados del tránsito en la zona céntrica de la ciudad principalmente en torno a calle San Martín. Inconvenientes que también se pueden observar en otros sectores de Esperanza cuya densidad poblacional trae como consecuencia el aumento de los vehículos que circulan en una traza urbana que no ha tenido modificaciones en 100 años.

Nos referimos concretamente al barrio norte y específicamente a calle Simón de Iriondo columna vertebral de salida e ingreso a uno de los sectores más populares

Más allá de cualquier especulación política o de las frases conformistas de los funcionarios de turno, en el día a día miles de vecinos deben soportar los inconvenientes suscitados a partir de la falta de planificación urbana. Motos, autos, camiones, remises, bicicletas que van y vienen muchas veces a velocidades excesivas, conforman un panorama complicado que tiene su mayor expresión en las horas pico.

 

Estamos hablando de una situación compleja en una de las calles con mayor densidad de vehículos por hora, una arteria que es la continuación de San Martín hacia el norte y cuyos problemas también parecen ser la prolongación de la famosa y discutida calle céntrica donde los ediles y el Ejecutivo no se ponen de acuerdo en hacerla de una mano o convertirla en avenida. Entendemos que Simón de Iriondo también merece una atención especial por la importante circulación vehicular y por el número de los accidentes que se producen. “No se puede circular en las horas picos, es un peligro para todos, pero más que nada para los chicos y las personas mayores –nos decía una joven madre que a diario circula por el lugar.

“Es una barbaridad la velocidad de las motos y los remises que van como locos –nos comentaba una señora que atiende un kiosco más allá de Almafuerte – cerca del mediodía y a eso de las 7 u 8 de la tarde es un peligro, casi todos los días pasa algo”.

“No vemos inspectores, salvo a la salida y entrada de los chicos en la escuelita del barrio –nos comentaba otro vecino- hace más de 30 años que vivo aquí, a media cuadra de Simón de Iriondo y cada ves es peor, las motitos, las bicicletas, los autos a todo lo que da y la doble mano que es un peligro porque no hay lugar para pasar. Creo que la autoridades deberían preocuparse de lo que pasa en este barrio también”.

 

EL ASFALTO ESPERADO.

Un nuevo ingrediente se sumó al agitado tránsito en calle Simón de Iriondo, hablamos de la pavimentación del tramo hasta el barrio La Orilla que comenzó en el 2008 y está a punto de culminar. Los trabajos están a cargo de la firma Ángel Boscarino Construcciones y demandó a la provincia una inversión superior a los 8 millones de pesos.

Sin dudas un sueño esperado por cientos de familias que viven en el lugar para poder contar con una vía rápida y eficaz en los días de lluvia que permita llegar hasta el centro o al menos al barrio norte sin mayores problemas.

Pero esa solución trajo otros inconvenientes propios de la circulación vehicular. Ahora la mencionada arteria es mucho más utilizada que antes, “todo el mundo pasa por esta calle, todos los que viven en el barrio entran y salen por Simón de Iriondo, mucho más que antes y llueva o no llueva”.

Ya se han producido numerosos accidentes, en su mayoría toques entre motos y bicicletas y autos con lesiones de menor consideración, “también es un peligro por los chicos con sus motitos y la velocidad que llevan”, nos decía una señora que vive en Simón de Irondo al 5500.

Creemos que es hora que las autoridades tomen cartas en el asunto y busquen posibles salidas a una situación que no tiende a mejorar sino todo lo contrario. Cómo ya vimos con calle San Martín, más que discusiones de salón se deben buscar soluciones inteligentes con especialistas en tránsito y con controles adecuados por parte del municipio.

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